De vuelta al trabajo

El deustoarra recibió ayer algunas críticas. Casi todas ellas se centraron en la sangrante paradoja de que alguien como él, que puso en la diana de los traidores a todos los futbolistas rojiblancos que quisieron cambiar de equipo, haya decidido ahora sacar rentabilidad a los conocimientos que adquirió en el Athletic ofreciéndoselos a otros clubes. Yo, sin embargo, me tomo este abandono del viejo fundamentalismo, esta nueva flexibilidad cosmopolita, como un signo de madurez. Supongo además que habrá estrictas cláusulas de conciencia, de manera que si la Real, el Barça o el Madrid, por ejemplo, les piden un estudio pormenorizado de la cantera vizcaína la negativa sería inmediata. Otras críticas han incidido en que Urrutia, Palacios-Huerta e Imaz se autocalifiquen como «expertos mundiales en la industria deportiva y académica». Bien, han exagerado un poco, ¿pero quién no lo hace en su curriculum?

Yo he decidido ser positivo y tomarme a bien este regreso. Es bueno trabajar y más en estos tiempos. Además, detecto en los servicios que ofrece su firma una ausencia para mí casi conmovedora. No se dedican a implantar nuevos modelos de comunicación en los clubes, ni a desarrollar innovadoras formas de relación con los medios. Sí, es cierto que puede ser cuestión de tiempo. Quién sabe si tienen en cartera a otros conocidos expertos mundiales, pero yo creo que no. Creo que se han arrepentido.

Los dos principales dirigentes de la AFE, David Aganzo y Diego Rivas, han sido acusados de cohecho por un antiguo y muy estrecho colaborador, Antonio Saiz Checa, director de Segunda B y Tercera en el principal sindicato de futbolistas españoles. Según él, Aganzo y Rivas le obligaron a sobornar a un funcionario para que les consiguiera, de manera ilícita, documentación de Futbolistas ON, el pequeño sindicato que lleva años intentando abrirse camino y competir con la poderosa AFE. No hace falta decir que los acusados aseguran que todo son viles calumnias, mientras que el acusador se ratifica en su confesión. El caso tiene muy mala pinta, pero me falta información para valorarlo como es debido. Ahora bien, no puedo dejar de preguntarme a qué se debe la proliferación de gente sospechosa entre los rectores del fútbol o de los futbolistas en este país. ¿Es otro virus o qué?

Parece que Ferrari le hizo a Sebastian Vettel una oferta que no podía dejar de rechazar y el piloto alemán, dolido en su orgullo, ha decidido abandonar la escudería italiana. La noticia no ha sorprendido en el mundillo de la Fórmula 1, donde era de sobra conocido el distanciamiento mental y emocional entre Vettel y los responsables de Ferrari. Lo cierto es que nunca ha habido química entre ellos, todo lo contrario de lo que sucedió en su día con Schumacher. La plaza vacante que deja el cuádruple campeón del mundo ha provocado el efecto dominó esperado. ¿Quién ocupará el puesto de Vettel en la mítica escudería del 'cavallino rampante'? Como mis conocimientos de las interioridades -incluso de las exterioridades- de los paddocks tiende a cero, en un primer momento pensé en Fernando Alonso, en su 'ritorno trionfante'. Pues no. Parece que quien tiene más posibilidades es Sainz. Su hueco en McLaren lo ocuparía Ricciardo, quien a su vez dejaría su plaza a Alonso en Renault, la escudería donde fue campeón del mundo. Qué quieren que les diga: me parece muy bien.