

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Urdaibai, campeón de Liga y Concha las tres últimas campañas, es la tripulación de Primera División que más tarde comenzó la preparación invernal –30 de noviembre– de cara a un verano en el que, tras las importantes bajas en sus filas –seis titulares de la ... pasada edición de la cita donostiarra ya no están en el equipo– y el cambio en la normativa de cupos de canteranos, su rendimiento es una incógnita. Por nombres, los 'txos' cuentan con mimbres para estar en una teórica tanda de honor, que es donde se juegan normalmente las banderas, pero será el agua la que dicte sentencia a partir de junio a un cuadro azulón que abre un nuevo ciclo. De momento, los dirigidos por Jon Salsamendi apenas suman una decena de sesiones de agua cuando tripulaciones como San Juan llevan ya largo tiempo trabajando el bloque.
Eso no es algo que preocupe en estos momentos al preparador de la 'Bou Bizkaia', que tiene claros los objetivos y los pasos a dar para «seguir dando guerra». Y el primero de ellos es tener una radiografía exacta del estado de cada uno de los remeros para elaborar un trabajo individualizado de puesta a punto y extraer al mismo tiempo una fotografía conjunta de la plantilla para enfocar también la preparación global en aspectos de resistencia, potencia... buscando la mejora progresiva.
ELCORREO ha tenido la oportunidad de asistir al primero de los test incrementales submaximales que ha realizado el plantel bermeotarra y que «repetiremos cada siete u ocho semanas para medir la evolución», detalló Salsamendi. Estas pruebas no tienen nada que ver con los conocidos como test incrementales maximales en los que el remero debe exprimirse a tope en la última carga y son para nota. Se realizan un par de veces durante la temporada y en ellos está en juego el estar o no entre los elegidos.
«Ahí sí que se aprecia tensión y se realizan en solitario», detalla el técnico. En esta ocasión la prueba es más relajada, por decirlo de alguna manera, y, además del entrenador y los ayudantes, también están presentes algunos directivos. En el vetusto gimnasio del club imperan las bromas. «Menuda turronada te has pegado en Navidad. Te ha salido tripilla y todo», lanza uno de los responsables de la entidad a Mikel Calleja cuando hace acto de presencia provocando alguna que otra carcajada.
La sesión de trabajo está programada en grupos de seis remeros. En el primero, además del ya mencionado marca lekeitiarra, participan Yeray Cayón, David Durán y dos de las incorporaciones de este curso, Javier Sayans y Aritz Urtueta. Junto a ellos también se encuentra un Óscar Viudez que está a prueba.
Lo primero es colocarse los pulsómetros que van numerados y acto seguido el técnico realiza una pequeña explicación al grupo de lo que busca. «Serán cuatro minutos de trabajo con un pequeño descanso y en cada una de las cinco etapas aumentaremos la exigencia del trabajo. Buscar ritmo cómodo de palada», detalla. El primer sector es muy llevadero. Los vatios a desarrollar se establecen según el peso de cada remero para incrementar después paulatinamente las cargas. ¿Qué se consigue con ello? Extraer información muy valiosa sobre el ritmo de palada al que reman, los vatios que desarrollan en cada carga, la frecuencia cardiaca que han tenido, el ácido láctico de cada etapa y cómo recupera cada uno tras el esfuerzo. Además, cada deportista realiza una valoración subjetiva del uno al diez de lo que le ha costado completar los diferentes tramos de cuatro minutos.
Toda la información recogida se introduce en una coctelera y se obtienen datos individuales muy útiles en sesiones de ergómetro «en las que puedes ir entrenando lo que demanda cada remero y también permite que las sesiones colectivas de invierno en el agua vayan dirigidas en una dirección u otra. Si creemos que es un equipo al que le falta una base aeróbica se rueda más. En plantillas con un motor más hecho, por contra, buscas otro tipo de trabajo», explica Salsamendi.
Más exigencia
Al término de la sesión, el sexteto de bogadores se pone algo de ropa de abrigo y abandona el club para realizar media hora de carrera continua por la dársena de la villa marinera antes de la ducha de rigor para volver a casa. Cuando unos se lanzan a la carrera llega la segunda remesa de deportistas a realizar el test –los gallegos Alberto Vidal 'Berto' y Diego Pérez; junto a los canteranos 'Portu', Aimar, Leo y Gorka–. «Tras la última carga, tres minutos de recuperación en el sitio», adelanta Salsamendi a la tropa.
Los últimos cuatro minutos son los más exigentes y el técnico se encarga de alentar a algunos en busca del mejor resultado. «Mira la pantalla Aimar, sin decaer. La historia de todos los años, chicos. Acabamos espectacular y luego cuesta arrancar», anima a viva voz. Para otros, sin embargo, la sesión ha sido poco más que un calentamiento. «Este ni ha sudado», resalta el técnico cuando acaba Diego Pérez.
«No comí turrón y aún con todo tengo cinco kilos más que en La Concha», apunta el bogador gallego con su peculiar acento, mientras se abraza al valenciano Carlos Mañas, que se dispone a iniciar el examen junto a varios pesos pesados de la 'Bou Bizkaia' como David Iglesias, Gentza Zubiri, Iñaki Goikoetxea 'Tabero' o Jon Unzaga. Al acabar, Iglesias se muestra satisfecho. En su caso, la pantalla del ergómetro refleja «mejor resultado que el año pasado». Un buen punto de partida para recargar baterias.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.