Djokovic ya reina en solitario
El tenista serbio gana en tres sets a un combativo Ruud y suma en París su título número 23 de Grand Slam
La excepcional carrera de Novak Djokovic, una larga marcha hacia la cima más alta del tenis siguiendo el rastro de Federer y Nadal, culminó ayer ... con el éxito histórico del récord de victorias -23- en torneos de Grand Slams. Esa especie pisada del hombre en la luna se produjo en la Philippe Chatrier de Roland Rarros; quizá la pista central menos probable como escenario posible de esa gesta. Pero así es el deporte. Tuvo que ser en el jardín de las delicias de Nadal donde 'Nole', tras superar en tres sets (7-6, 6-3 y 7-5) a un combativo Casper Ruud, deshiciera el empate a 22 con el de Manacor y lograra el objetivo de su vida, el que ha venido persiguiendo desde que, en 2008, ganó su primer Open de Australia.
No lo ha tenido fácil el tenista de Belgrado, al que le ha tocado protagonizar una remontada prodigiosa para superar a sus dos grandes rivales. Antes de que en 2011 estallara ganando en Australia, Wimbledon y Nueva York, su desventaja era muy grande. Federer sumaba ya 16 triunfos en Grand Slams y el campeón de Manacor, 9. Djokovic, sin embargo, ha acabado imponiendo su inmensa calidad. Nadie ha sido tan completo como él. Pudo hacerlo en 2021, cuando el 'Big Three' se había detenido en la frontera de los 20 títulos, pero los nervios y un impresionante Medvedev le impidieron batir el récord en el US Open.
Esa derrota rompió los cálculos del serbio. Y todavía los rompió más que, tras no poder jugar en Australia por su negativa a vacunarse, en Melbourne ganara Nadal venciendo en aquella apasionante final contra Medvedev. El balear tomó ventaja y la amplió en Roland Garros. 22-20-20. Djokovic acordó distancias en Wimbledon, pero no pudo jugar el US Open, de nuevo por el tema de las vacunas. El empate se consumó el pasado mes de enero en Australia y ayer, en una Philippe Chatrier en la que el fantasma de Nadal se ha estado paseando durante dos semanas por todos los rincones, llegó el récord que Djokovic tanto ansiaba.
«Felicidades por este logro. El 23 es un número en el que hace unos años era imposible pensar»
Nadal
Lo celebró tumbándose sobre la arcilla parisina y abriendo brazos y la piernas, componiendo una imagen que recordó al hombre de Vitrubio de Leonardo da Vinci. Mirando al cielo, es muy probable de 'Nole' pensara en el camino recorrido, pero también en el que todavía tiene por delante. Viendo cuál es su estado de salud y cómo ha jugado esta temporada en Melbourne y en París, lo lógico es pensar que va a ser un camino muy largo y exitoso, que sus números le acabaran coronando, de lejos, como el mejor tenista de la historia. En Wimbledon, sin ir más lejos, volverá a salir como claro favorito. Y de ganar su octavo título en el All England, se presentaría en Nueva York para lograr, a sus 36 años, el más difícil todavía, los cuatro grandes en una temporada. Seguro que ya piensa en ello.
Datos
23 titulos
de Grand Slam suma el serbio tras ganar su primero en Australia en 2008
3 veces
ha ganado en Roland Garros. 2016, 2021 y 2023.
1 Djokovic
vuelve a recuperar el primer puesto de la ATP.
Primer set decisivo
El partido tuvo muy buenos momentos. Ruud hincó la rodilla ante un rival superior, sin ninguna fisura, que acabó dando una exhibición de derechas monumental, pero no fue vapuleado como en la final del año pasado. Djokovic tuvo que trabajar, sobre todo al principio. El primer set fue definitivo porque a Casper Ruud le envió un mensaje letal, algo así como la mota negra que recibía el viejo pirata en 'La isla del tesoro'. Si jugando como había jugado, casi a su máximo nivel, si teniendo las opciones que había tenido tras ponerse 4-1 e incluso 6-5 y 0-30 a favor, no había podido hacerle a Djokovic el que hubiera sido el primer set de su carrera, es que aquello puede que fuera una misión imposible. Y lo fue, realmente, para el noruego, un soberbio jugador que no ha tenido precisamente suerte con sus rivales en las tres grandes finales de Gran Slam que ha disputado en el último año: Nadal, Alcaraz y Djokovic.
Noticia Relacionada
Nadal felicita a Djokovic: «El 23 era un número impensable hace unos años»
El campeón de Belgrado devolvió a Ruud el break en el séptimo juego y luego se supo mantener en el alambre en los momentos complicados hasta forzar el tie break. Llegó entonces el momento clave, sobre todo para el nórdico, que necesitaba como fuera llevarse ese primer set teniendo en cuenta el nivel al que había jugado. Pero tampoco 'Nole' podía permitir que su rival se envalentonara y aumentase su confianza hasta convertirse en un serio peligro. Tiene Ruud un aire a príncipe de cuento infantil, de esos que salvan princesas en apuros y matan a dragones. Y ayer, Djokovic sabía que el dragón era él y decidió actuar como tal, sin piedad, en un tie break donde volvió a demostrar esa fascinante habilidad que tienen los más grandes para jugar mejor en las situaciones de mayor tensión.
Djokovic ha acabado remontando a sus dos grandes rivales históricos, Nadal y Federer
El 7-1 en la muerte súbita tuvo un efecto devastador en la final. Goran Ivanisevic y Carlos Gómez-Herrera respiraban tranquilos por primera vez, conscientes de que, cuando su pupilo siente el viento a favor, nunca hace prisioneros. Sin darse cuenta, Ruud se vio con un 3-0 en contra tras sufrir un break en el segundo juego. Y ya poco hubo que decir en el set, donde la superioridad del serbio se fue imponiendo como por ley natural. Cada vez sacaba mejor, su derecha era cada vez más poderosa, su revés era esa arma automática de siempre, las bolas altas de Ruud ya no le hacían daño...
Djokovic, en fin, se sentía muy bien dentro de la pista y eso tiene un significado muy claro en los partidos desde hace al menos doce años: el rival está muerto. Y ni siquiera importa que luche y pelee con grandeza, como hizo Ruud en el tercer set hasta forzar un 5-5. Está condenado. El noruego quizá pensara en ello cuando, tras una sinfonía de derechas maravillosa, 'Nole' le hizo un break en blanco para ponerse 6-5 y luego remató sin despeinarse el juego que le daría su tercer Roland Garros y con él, la certeza que más quería: la de saber que ya reina en solitario.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión