Alcaraz, de la frustración a la perfección para recuperar el trono
El murciano abrió un periodo de reflexión tras su bajón en marzo y desde entonces no ha dejado de crecer hasta llegar de nuevo a la cima
«New York, New King». Así tituló el magazine de la ATP Tour. El nuevo rey del tenis es Carlos Alcaraz. Si algo quedó claro ... el domingo en el Open de Estados Unidos es que el español hoy en día es el mejor tenista del mundo. Un jugador diferente a los demás, con una capacidad fantástica para improvisar golpes, para aplicar creatividad a su juego y por la fortaleza y confianza derrochada en una final en la que se dirimía quién era el mejor, si Jannik Sinner o él. Dos horas y 42 minutos fueron suficientes para convencer al público y al mundo entero de quién quería demostrar que es el mejor. Y lo lo demostró con creces.
Su frase de hace unos meses de que quería estar sentado en la mesa de los grandes ya pertenece al pasado. La silla y el lugar se los ha ganado a pulso pero lo ha hecho con notable brillantez. Sin duda es un digno sucesor de la corona que en sus días espléndidos llegaron a tener Roger Federer, Rafa Nadal o Novak Djokovic. Con su segundo triunfo en el Open de Estados Unidos Alcaraz se suma a la exigua lista de grandes tenistas que ganaron seis Grand Slam a su edad (22 años), Boris Becker y Stefan Edberg.
En un escenario en el que brillaban estrellas del deporte como Stephen Curry, Sergio García, Pep Guardiola o Lindsay Vonn, y estrellas del mundo del espectáculo como Danny De Vito, Bruce Springsteen, Spike Lee, Sting o el mismo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Alcaraz se mostró tan imperial como estratosférico en la pista.
Surgen dudas de cuándo Alcaraz cambió su mentalidad para vivir una resurrección como la que está viviendo. Es posible que el cambio o el momento en que se dio cuenta deque tenía que cambiar algo en su juego comenzara a principios de año con el Open de Australia, donde Novak Djokovic le eliminó en cuartos de final. Ocho meses después, en Nueva York, el serbio era superado en todos los aspectos por el español en semifinales.
También ese nuevo impulso a su juego pudiera haberse producido después de las derrotas sufridas entre finales de febrero y principios de marzo. En Doha, contra Lehecka, del que también se desquitó en Flushing Meadow, ante Draper en Indian Wells o la peor de ellas, en primera ronda de Miami ante Gofin.
Sin embargo, su entrenador, Juan Carlos Ferrero, reveló ayer después del triunfo en la final de Estados Unidos un dato importante refiriéndose a lo que sucedió tras la derrota en la final de Wimbledon en cuatro sets, partido en el que a Alcaraz en algún momento se le escuchó decir «en el fondo de la pista está siendo mejor que yo».
«Creo que fue muy importante, porque practicamos durante unos 15 días, estuvimos muy concentrados en los detalles que debíamos mejorar para jugar contra Jannik», confesó Ferrero. «Sabemos que en pista dura Jannik siempre es muy difícil. Entonces se dio cuenta de que tenía que mejorar. Este partido lo habíamos preparado muy bien. Hemos visto algunos encuentros y varios detalles específicos que teníamos que jugar. Carlos hizo el 100% de lo que necesitaba. Es fácil decirlo, pero muy difícil hacerlo. Su actuación ha sido perfecta. Creo que se comprometió consigo mismo para ir a por el partido todo el tiempo, intentando presionar al rival antes que Jannik. Creo que fue una de las claves», añadió el campeón de Roland Garros en 2003. Ferrero también resaltó una diferencia crucial en la victoria sobre Sinner. Alcaraz tiene más variedad en su juego y puede hacer más cosas «como cortar, ir a la red y hacer más cosas que, quizás, Jannik. Ayuda mucho cambiar un poco el estilo de juego».
El mismo Sinner, después de padecer su décima derrota en 15 partidos contra Alcaraz, admitió la superioridad del español: «No seré nunca como Alcaraz. Debo salir de mi zona de confort», manifestó en rueda de prensa. Admitía el italiano que para vencerlo no basta con ser uno mismo, que tiene que intentar algo más.
Vacaciones
Seguramente el español sufrirá derrotas contra Sinner porque nadie es invencible. El tenis siempre ha dado duelos espectaculares en los que en ocasiones ha enfrentado a un fogoso John McEnroe con la frialdad de Bjorn Borg, o la genialidad de Andre Agassi con la magia de saque-volea de Pete Sampras. Sinner hoy en día es el rival a vencer, pero si alguien tiene que mejorar es él. Alcaraz ya ha dado un paso de gigante. Le ha vencido en siete de sus últimos duelos, en cinco de las últimas seis finales y en dos de las tres finales de Grand Slam que han disputado en 2025.
Alcaraz se convirtió en el segundo tenista más joven en la historia en conquistar seis títulos de Grand Slam (2 US Open, 2 Roland Garros y 2 Wimbledon). Recupera el liderazgo mundial por primera vez desde septiembre de 2003, a partir de esa fecha permaneció 37 semanas en la cúspide del tenis.
Con siete títulos en la temporada y dominando el circuito con 61 victorias por solo 6 derrotas, Alcaraz volverá a tomarse unas vacaciones y ha renunciado a jugar la segunda ronda de clasificación de la Copa Davis que España disputa contra Dinamarca en Valencia la próxima semana. Alcaraz quiere concentrarse ahora en los Masters 1000 y en las Finales de Turín. En su horizonte la vista está puesta en triunfar en el Open de Australia, a principios del próximo año, que es el único grande que no ha logrado conquistar.
«Para ser sincero, es mi primer objetivo. Cuando estoy en la pretemporada y pienso en qué quiero mejorar, qué quiero lograr, el Open de Australia aparece ahí. Y mi principal objetivo es completar los cuatro Grand Slam en una temporada», confesó. Sobre el número uno, el español señaló que era otro de los objetivos del año. «Para mí lograrlo una vez más es un sueño y conseguirlo el mismo día que conseguí otro Grand Slam me hace sentir aún mejor. Es todo por lo que estoy trabajando, y estoy muy feliz de poder vivir estas experiencias», añadió.
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