El obstáculo más grande para Darío en el Manomanista
Altuna III ha cerrado el paso en dos de sus cuatro participaciones al riojano, al que se mide el domingo por una plaza en semifinales
La última vez que se enfrentaron en el Manomanista, Darío acabó en el suelo del frontón Bizkaia con la manos en la cabeza. Había dejado escapar un 13-19 a favor ante Altuna III. El guipuzcoano levantó los brazos e hincó las rodillas en la cancha en señal de alivio porque la batalla que le había presentado el de Ezcaray había sido grande. Fue en el primer encuentro de la liguilla de cuartos de 2022. El domingo se vuelven a ver las caras en el Astelena de Eibar. Esta vez el premio es bastante más jugoso: la última plaza de las semifinales está en juego.
Era la segunda vez que el guipuzcoano cerraba la puerta al de Ezcaray en sus cuatro participaciones en la especialidad. Se ha convertido en el obstáculo más grande para un Darío cuya progresión ha sido evidente en la distancia, pero que necesita el paso al frente definitivo para que sea una realidad. En su último enfrentamiento le faltó controlar los intangibles. Gestionar el choque para llevarse una alegría. Como la del año pasado cuando sumó por primera vez la tercera plaza en el campeonato tras vencer a Ezkurdia.
Esta temporada ha cuidado sus manos, su principal caballo de batalla, para llegar en las mejores condiciones posibles a la cita. Emitió buenas sensaciones contra Zabaleta, pero no pudo presentar la pugna esperada contra Laso, al que tampoco Altuna III consiguió buscarle las cosquillas.
Por eso los dos pelotaris de Aspe se la tienen que jugar a cara o cruz en su próximo encuentro. La primera vez que lo hicieron fue en 2020. El riojano disputaba su primer Manomanista grande después de ser campeón del de promoción el año anterior. Fue en plena pandemia cuando consiguió convertirse en la revelación de un torneo reducido en el que Altuna III se volvió a interponer en su camino y le impidió jugar la final.
Elección de material
Lo hizo en otro encuentro en el que Darío dio la cara pero se quedó con la miel en los labios. Le aguantó hasta el tanto 15 gracias a su saque, una de sus principales armas, y su juego de aire. Pero tampoco fue suficiente. Altuna III supo encontrar su punto débil tras el castigo que habían sufrido y en lugar de buscar los cuadros alegres cargó bien el juego atrás.
El de Ezcaray está ante una nueva oportunidad. La tercera para tratar de cambiar el rumbo ante «un animal competitivo», como le ha llegado a definir. Tras semana y media de descanso, este jueves comienzan a jugar el partido en la elección de material.
