Larrazabal busca la sorpresa ante Agirre
El alavés se estrena el sábado en una final del Manomanista de promoción ante el rival «más complicado de la categoría»
Se estrena en una final del Manomanista de promoción cuando todavía no se cumplen cuatro años de su debut. Iker Larrazabal (Amurrio, 21 años) tiene ... muchas cualidades para la modalidad pero en sus tres participaciones anteriores no había conseguido pasar de cuartos. Sin embargo, ha empezado a recoger los frutos de su trabajo en la cancha y fuera de ella para colocarse a un paso de su primera txapela individual. «Cada año hay que ir mejorando física y mentalmente, y ahora soy capaz de madurar más los tantos», destaca. Se cansa menos y, por lo tanto, no tiene tanta prisa en acabarlos. Su psicólogo deportivo le hace hincapié en que mantenga la concentración durante los encuentros «algo en lo que fallaba mucho. He aprendido a que hay que seguir, a no tirar la toalla tan rápido». Necesita tener paciencia. «Leer el tanto. Que la toma de decisiones sea en el momento correcto también es importante. Si estoy tranquilo le puedo ganar», recalca.
Su mejora le ha valido superar la mayor parte de escollos que se encontró en las fases previas del campeonato. Todos menos uno, el encuentro contra Agirre de cuartos en el que cayó por un ajustado resultado (22-20). El sábado se vuelve a medir al navarro en el frontón Labrit con el último título de la temporada en juego.
El de Arrotxapea e Iztueta cerraron el camino al alavés y Eskiroz en el choque cumbre del Parejas, por lo que el próximo encuentro tiene tintes de «revancha». «A ver si le puedo quitar alguna txapela», destaca.
El triplete
Agirre es el rival «más duro de la categoría». En el caso de que se lleve el entorchado sumará el triplete porque atesora un Cuatro y Medio y tres Parejas. «Es muy duro. Siempre llega a todas las pelotas y sabe jugar en los cuadros alegres. Además, cuenta con mucha experiencia. Yo le vi como favorito desde el principio», reconoce.
Pero el de Amurrio quiere jugar sus cartas. Admite que, de momento, tiene controlados los nervios. Sus sensaciones son buenas porque el campeonato le está dejando un agradable sabor de boca. «He hecho un año muy bueno y en la final tengo que disfrutar». Si lo consigue sus opciones de victoria se incrementarán. Sabe que su rival va a intentar moverle para que no esté cómodo. Larrazabal buscará soltarle a lo máximo a la pelota para que el navarro retrase su posición y acabar. «Con mi juego puedo hacerle sufrir», concluyó.
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