Fair play en el Jai Alai de Gernika

La camaradería y el buen ambiente marcaron la jornada, al igual que sucediera el pasado lunes en la ceremonia inaugural de la competición, en la que únicamente hubo un momento en el que se escucharon tímidos silbidos cuando anunciaron a la delegación española. Al contrario que entonces, no hubo reparto de ikurriñas a la entrada del Jai Alai, ni tampoco cartulinas rojas, verdes y blancas en los asientos para conformar un gran mosaico, pero lógicamente fueron de nuevo los colores predominantes en el templo de la cesta gernikarra. La cita de ayer atrajo también a menos representantes institucionales y caras conocidas que en la puesta de largo.

Entre los que no quisieron perderse el histórico momento se encontraba la vicelehendakari Ibone Bengoetxea, el director de Deportes del Gobierno vasco, Gorka Iturriaga, el responsable foral de Deportes, Carlos Sergio Achotegui; así como una decena de parlamentarios y los presidentes del EBB, Aitor Esteban; y del BBB, Iñigo Ansola, que llevaba puesta una camiseta de la selección vasca. Se espera que el lehendakari Imanol Pradales asista a la final de mañana.

El partido comenzó con la presentación de ambas selecciones tras el calentamiento previo. Y por si alguien no lo tenía claro, el 'speaker' se encargó de recordar por megafonía que las representantes de España «también son de aquí» y que había que hacer honor al nombre del frontón: Jai Alai (Fiesta Alegre). Así pues Erika y Arai, ambas naturales de Markina, fueron recibidas con aplausos. Lucían en esta ocasión camiseta azul en lugar de la habitual roja y amarilla de su debut en la competición. Ni un silbido del millar de aficionados que acudieron a la cita. Respeto y deportividad.

Eso sí, cuando el presentador nombró a la pareja del combinado vasco –las berritxuarras Elaia y Maia– se desató la locura en la grada. El frontón se puso en pie para aplaudir a rabiar mientras ondeaban ikurriñas. Exaltación de la tricolor y de su presencia en competición oficial.

Una vez que las cuatro contendientes entraron en faena, la superioridad de España quedó patente desde los compases iniciales. Las vigentes campeonas del mundo sub'22 se mostraron muy sólidas, aunque eso no aplacó los ánimos de la hinchada.

Los tantos de Euskadi, cinco en el primer set y siete en el segundo, fueron recibidos como si de un tesoro se tratase. Por momentos, el público se lanzó a cantar el popular tema de Oskorri 'Ikusi mendizaleak' que acaba cada estrofa con el 'Gu euskaldunak gara, Euskal Herrikoak' para intentar alentar a su selección, pero sin éxito.

España se llevó una victoria sin demasiado valor deportivo, ya que ambas combinaciones estaban clasificadas para la final, pero sí moral de cara a ese choque decisivo por el título de mañana. La despedida de las cuatro protagonistas también estuvo a la altura de lo visto hasta ese momento: aplausos y gritos de ánimo para la tricolor. La cesta punta volvió a dar una lección de fair play al mundo.