Eterno dilema
Doña pelota manda en el frontón. Siempre ha sido así. Decía Aitona, maestro de maestros que durante años difundió este deporte desde este mismo periódico: «Habría mucho que decir si la viveza de la pelota contribuye a la vistosidad del juego o listeza del pelotari, o por el contrario, cercena el embrujo y sólo sirve para destacar principalmente al más fuerte y que más poderío tiene». Palabras sabias. Después de más de medio siglo seguimos metidos en el mismo dilema. Esta introducción viene a cuento por el partido último de la liguilla de semifinales del Campeonato de Parejas disputado este pasado domingo en el Bizkaia de Miribilla y en el que se pudo apreciar la influencia del cestaño. Se jugaban el pase a la final Altuna III y Mariezkurrena, y Peña II y Albisu.
Vaya por delante que se alzaron con la victoria (22-14) los representantes de Baiko. Sin embargo, hasta el más profano en esta materia pudo visualizar la gran diferencia que existió con las pelotas que pusieron en juego los vencedores y las de los derrotados. La de Peña II tenía un bote exagerado. Era un arma que le venía como anillo al dedo a Albisu, que buscaba la losa alta del frontis, descartando al de Amezketa, y abría una vía de agua en la línea de flotación de Meriezkurrena, que regaló medio partido por errores. Cargaron el juego a la zaga y se acabó lo que se daba.
La pelota que sacó a relucir Altuna se dejaba jugar. Ideal para dar rienda suelta a su listeza, que es mucha. A los datos me remito. Finalizó más tantos Jokin que el delantero tolosarra. Ganó el más fuerte, el de más pegada y toque, y no hay que darle más vueltas a la noria informativa. Si este es el juego que queremos instalar hoy, en mi opinión se ha tomado una deriva equivocada.
En otra época que ya está muy lejana el gran atractivo de las carteleras lo arrastraba el delantero. Y no hace mucho tiempo también. En el recuerdo, el poder de convocatoria de Atano III, Barberito I, Ogueta, Atano X, Ariño I, Retegui I, Vergarilla, Retegui II, Bengoetxea III, Laduche, Titín III, Irujo, Olaizola II y un sinfín de pelotaris que se me quedan olvidados entre las teclas del ordenador y que desparramaban arte por las canchas para dar y tomar.
Hoy en día, puede ser por los intereses creados, al mago, al que hace vibrar con sus espectaculares jugadas, lo vamos aniquilando. Estamos matando a la gallina de los huevos de oro por un título. Por una 'txapela'. Cuando en otros deportes se premia al más creativo, imaginativo y que tiene el don de hacer latir el corazón de los más indiferentes.
A mí personalmente no me gusta la pelota de ahora, en la que los partidos se ven atiborrados de fallos y pifias. Se pierden pelotas no forzadas que no tienen una explicación plausible. Todo ello es debido a que el material ha experimentado una viveza fuera de lo normal y que los pelotaris no pueden controlar. Ha disminuido el diámetro de la pelota considerablemente para mal y su carácter artesanal ha pasado a mejor vida. Cuando hoy se difunde que lo mejor para el cuerpo es lo que se cocina con cariño y a fuego lento. La final está servida: Elezkano II-Zabaleta contra Peña II-Albisu.