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Será un reto de altura para los dos protagonistas. Altuna III y Artola miden este domingo (17.00 horas) sus fuerzas en la final del Manomanista en el frontón Bizkaia con el objetivo de superar el vértigo que conlleva ratificarse como el mejor especialista de los últimos tiempos, en el primer caso, o el de estrenar su palmarés con la txapela más preciada, en el segundo. El de Amezketa defiende el título cosechado el año pasado y parte como favorito –el dinero se cantará 100 a 60 a su favor– ante un rival sin presión, al que muchos ven con menos chispa que el año pasado pero que tiene una motivación extra después de que una lesión le impidiera jugar el choque cumbre de 2021.
El de Aspe ha repetido hasta la saciedad que solo quiere centrarse en su juego. Sabe que ha subido enteros en los dos últimos encuentros. Su derecha está con chispa y él descansado, algo imprescindible a estas alturas de la temporada para que la lectura del partido sea la correcta. No quiere mirar más allá porque es consciente de que en una final hay muchos condicionantes que controlar y en este caso se le une el de la amistad con un rival que es del pueblo de al lado y al que conoce desde niño. Por una hora necesita olvidarse de todo, afilar el cuchillo y apretar los dientes para plasmar sobre la cancha la calidad que atesora y engordar así el extenso palmarés con el que cuenta. En el caso de victoria, sería su cuarta txapela de la modalidad, con la que igualaría a pelotaris de la talla de Olaizola II, Beloki y Atano III, y seguir haciendo historia a sus 29 años. Doce campañas después sería el pelotari que logra encadenar dos triunfos en su sexta final.
Para el de Baiko alcanzar este choque es fruto del incansable trabajo que ha realizado a lo largo de los últimos años en los que ha logrado la regularidad que necesitaba porque le han dejado las lesiones. A sus 30 años ha tenido que aprender a cuidarse y a gestionar situaciones que a otro pelotari le hubieran hecho pensar en tirar la toalla por el escaso apoyo que ha tenido de su empresa. Sin embargo, Artola ha buscado refugio en los entrenamientos y la gente que le rodea para mantener encendida la pasión por un deporte en el que se siente un privilegiado.
Es la segunda final que alcanza este año. En la del Parejas tuvo que ocupar el segundo cajón a pesar de jugar un buen encuentro, pero le sirvió para ratificar que el camino por el que discurría es el correcto. Uno de los hándicaps que tendrá que superar el de Alegia es el mental. En todos los enfrentamientos individuales en un torneo oficial de primera que ha tenido contra su rival todavía no ha conseguido ganarle. Y lejos quedan ya aquellos dos triunfos que logró contra el de Aspe en el Cuatro y Medio de Serie B porque entonces consiguió imponer su fuerza.
Son dos pelotaris con estilos distintos pero perfectamente válidos. El que consiga imponerlo tendrá mucho ganado. La técnica y el saber estar son los principales avales del amezketarra, además de la experiencia con la que cuenta para la gestión de este tipo de encuentros. El de Baiko necesita aprovechar su mayor poder para mantenerle alejado del frontis y sacar punta a la mayor agresividad que ha mostrado los últimos años para abrir ángulos y acabar el tanto. Todo en un frontón Bizkaia que registrará una de las mejores entradas de los últimos años en la modalidad. Ayer apenas quedaban un centenar de entradas por vender a pesar de que los precios han vuelto a subir.
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