Aston Martin 2025: ¿ensayo para 2026? ¿Posibilidades reales?
La novedosa pretemporada ha dejado ver a McLaren, Red Bull y Ferrari como los principales rivales a batir
No puede negarse que la pretemporada cerrada este viernes ha resultado innovadora para el Gran Circo y no sólo por el evento multitudinario que previamente ... había levantado el telón en Londres, también por el modo en que las escuderías han dejado ver los bólidos con los que llegarán dentro de quince días a Melbourne. Para muestra un botón: las fotografías cortísimas de luz que dejaron entrever el nuevo Red Bull el pasado martes, tomadas desde ángulos inverosímiles. Todo lo contrario a lo que Aston Martin había ofrecido apenas veinticuatro horas antes cuando Alonso y Stroll rodaban con el AMR25 sobre el asfalto de Shakir para que las imágenes del nuevo coche circulasen por todas las agencias de prensa.
Precisamente el nuevo Aston está obligado a distanciarse de su predecesor y revelarse como un monoplaza que digiera sin rechistar las mejoras que se le vayan introduciendo. La escuadra de Silverstone no oculta sus ambiciosas aspiraciones para el año 2026 y el coche que ha rodado en Bahrein debe servir de base para que se pruebe cuanto sea necesario en el diseño de un sucesor que –entonces sí– estará esculpido por Adrian Newey. Como responsable de hacer cumplir la hoja de ruta se estrena el veterano Andy Cowell, que asume su trabajo como exitoso sólo si el coche que debute en Melbourne gana en competitividad constantemente a lo largo del año. En caso contrario rodarán cabezas entre la tropa de Mister Stroll, y sin demora. La próxima semana Newey se vestirá por fin del verde británico que ilustra a la escudería y poco más tarde será otro peso pesado como Enrico Cardile quien asuma el rol de responsable técnico. Muchos nombres propios –ya lo ven– mucho talento y unas instalaciones magníficas que junto al saber hacer de Fernando Alonso deberían garantizar el éxito, aunque en la Fórmula 1 es imprescindible conjugar la solvencia financiera con la coordinación de argumentos técnicos y humanos tan sólidos como los citados.
Rivales del calibre de McLaren, Ferrari y Red Bull –que ya partían con ventaja– aprietan de lo lindo por más que Norris se haya quejado estos días de que la zaga de su nuevo coche no es precisamente dócil. Por su parte la Scuderia Ferrari acelera para integrar en sus filas a Lewis Hamilton, pero ya se sabe que el astro británico tiene un olfato especial para estar en el lugar indicado y en el momento oportuno. Al Cavallino también parece haberse subido cuando debía, pues maneja las riendas un hombre tan bregado como Fred Vasseur, que ya trabajó con Hamilton en el equipo ART para que el británico ganara la GP2 antes de desembarcar en el Gran Circo. Su buena relación se mantiene desde aquel lejano 2006 y probablemente Vasseur sea el responsable de la Scuderia que está mostrando mayor capacidad de liderazgo desde los tiempos triunfales de Jean Todt. A ello se suma el desarrollo atinado de los monoplazas rojos durante los últimos años y la certeza de que Charles Leclerc no puede permitirse dejar pasar un coche prometedor como parece serlo el SF25. Al monegasco se le exigen resultados inmediatos y está obligado a colaborar con Hamilton para desarrollar el coche hasta convertirlo en ganador, aunque suponga armar al rival más feroz de cuantos habrá este año en pista.
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