Álava abraza el balón ovalado

La jornada arrancó a las 10.00 horas con la disputa de varios partidos de forma simultánea en los campos de Lakua 03. Uno de los conjuntos que jugaba a primera hora era el equipo madrileño del San Isidro, que participa por tercer año consecutivo en el evento. «Nos gusta tanto este torneo que elegimos venir aquí antes que al Campeonato de España», resalta Carlos Suárez, uno de sus entrenadores, mientras sus jugadores calientan y se preparan para disputar sus partidos. Otra de las entidades participantes es el Vigo Rugby Club, que lleva acudiendo a esta cita los últimos cinco años. «Nos encanta venir porque dejamos de jugar con los mismos equipos de siempre allí en Galicia y conocemos mucha más gente», manifiesta contento su técnico Artai Moleiro, al mismo tiempo que da instrucciones a sus pupilos a un lado del terreno de juego.

Y es que si algo permite la Araba Rugby Cup a todos los pequeños es relacionarse y hacer nuevos amigos de diferentes puntos de España. «Es muy emocionante y divertido ver no solo cómo jugamos nosotros, sino también los otros equipos», señala Isaac Grivé junto al resto de sus compañeros del GEiEG, que viajaron desde Girona tras más de ocho horas de viaje en autobús. Noel Planell, preparador del Castelldefels Rugby Union Club, además de este aspecto destaca los valores del torneo, en el que «los niños no solo se cuidan a ellos mismos, sino a su vez al rival».

Pero este campeonato organizado por el Gaztedi no solo consta de lo puramente deportivo. Tras reponer fuerzas a base de plátanos y choripán a media mañana y unos macarrones con tomate y queso a mediodía, los clubes y aficionados protagonizaron una kalejira bajo la antigua cúpula del Fernando Buesa Arena. Un acontecimiento que arrancó a las 17.30 horas y que en 2024 no se pudo llevar a cabo debido a las malas condiciones meteorológicas. «El año pasado no teníamos plan B (estaba prevista en el centro de la ciudad). Por ello preparamos esto», explica Miguel Ascenzo, uno de los organizadores.

Esta circunstancia, sin embargo, no impidió que los asistentes bailaran y, además, visitaran algunos atractivos de la capital alavesa y sus alrededores, como Suárez. «Tenemos una visita al Santuario de Estíbaliz. Vamos a hacer un poco de turismo por el centro a ver qué podemos ver», añadió, por su parte, Moleiro. Otros como Planell, por contra, prefieren reservarse. «Venimos desde muy lejos y no creo que nos dé tiempo. Cuando acabemos nos iremos directos al alojamiento a descansar», aclaró.

Todos los asistentes que se acercaron a las instalaciones de Lakua 03 tuvieron la oportunidad de llevarse a casa la equipación y material del Gaztedi. Llaveros, sudaderas, balones, camisetas o bufandas fueron algunos de los artículos más demandados. Unos enseres que, junto a varios productos gastronómicos como el pastel vasco o distintos tipos de queso, tuvieron éxito en los stands ubicados junto a los campos. Un bonito recuerdo que llevarse a casa y poder disfrutar. El año que viene repetirán.