«Hemos convertido la presión en motivación para intentar salvarnos»
Naia Puigbó, jugadora del Zuazo, asegura que «todas las jugadoras tienen la intención de luchar hasta el final
Peru Olazabal
Sábado, 13 de mayo 2023, 12:29
Todos los partidos en los que hay algo en juego son importantes. Sin embargo, se puede aseverar a todas luces que todo lo que le resta al ZEV Zuazo son auténticas finales. A partir de su última derrota frente a Granollers, las rojinegras se juegan ahora la vida en cada encuentro, sin margen de error. Naia Puigbó, pivote vizcaína que ha sufrido la desdicha de lesiones graves, además de los impagos y la delicada situación deportiva en la que están inmersas todas sus compañeras, relata cómo lo afrontan las pasajeras de un barco tocado, pero no hundido.
-En caso de derrota mañana, certificarían el descenso. ¿Cómo han lidiado con esta presión durante la semana?
Venimos de una dinámica ascendente en el play-down. A pesar de la presión de que, si perdíamos uno o dos partidos, descendíamos, hemos hecho un trabajo impecable. Tampoco le damos mayor importancia al asunto. En la cabeza de muchas jugadoras está la opción de jugar el año que viene en Oro y no creo que a ninguna le suponga un problemón. No se acaba el mundo si descendemos.
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-¿Todavía mantienen la esperanza de lograr la permanencia?
Claro. No hemos tirado la toalla ni tampoco hemos dicho todavía la última palabra. Veo a todas las jugadoras del equipo con intención de luchar hasta el final. Por mucho que las cosas se tuerzan, queremos competir todos los partidos que nos quedan. Creo que hemos sabido darle la vuelta a la situación y convertir esa presión en motivación.
-Hablando de presión. ¿Cómo afecta mentalmente una temporada con impagos y una situación deportiva tan crítica?
Por suerte, somos un grupo muy unido y siempre hemos podido apoyarnos las unas con las otras, pero hay situaciones que no ayudan. Gente que está viviendo fuera de casa y que no está recibiendo su sueldo, pues le lleva a situaciones desesperadas. Yo vivo en mi casa y tampoco me supone mayor problema, pero gente de fuera ha tenido que pedir dinero a familiares y no tenían ni para la compra de la semana. Entonces, no podíamos concentrarnos al cien por cien porque estábamos buscándonos la vida, cuando nuestra mayor preocupación tendría que haber sido rendir jugando.
-¿Qué le parece que el único representante vizcaíno en la máxima categoría del balonmano no pueda ni siquiera pagar a su plantilla y cuerpo técnico?
Hasta que nos plantamos, no le dimos la importancia que tiene. Cuando valoramos y analizamos la situación, nos pareció algo totalmente descabellado. Es el único club que está en la máxima categoría y recibe los mismos ingresos que otros que están en tres o cuatro niveles inferiores. Es algo que viene de años atrás. Ya tocaba hacernos valorar y darle voz porque sentíamos que nos tenían a un lado y pasábamos desapercibidas.
-En lo particular, todo esto se le ha juntado con varias lesiones graves. Habrá sido un proceso duro con el que lidiar.
Sí, mucho. Fue un jarro de agua fría porque era un año de muchos cambios en el que se marchaba Ainhoa Hernández, tenía que ser mi temporada y me rompí el primer día de pretemporada el ligamento cruzado y el menisco. Desde fuera ya se ve que es un proceso muy largo, pero hasta que no lo vives, no eres consciente de todo lo que implica. Es estar trabajando todos los días. Algunos días das un paso para adelante, pero otros das dos para atrás. Sientes que no avanzas o no al ritmo que tú quieres. Es mucho sacrificio.
-¿Qué tal se encuentra ahora? ¿Se siente al cien por cien?
Sí, estoy muy contenta. Tuve ese momento de bajón cuando me volví a romper el menisco en noviembre. No me creía que tenía que volver a vivir esa situación, pero remonté rápido y la rodilla ya no me supone ningún tipo de problema. Psicológicamente lo tengo olvidado completamente. No tengo ningún miedo, ni me cohíbo de hacer nada en el campo y también tengo ya el ritmo de competición.