La Casilla despierta el instinto de 'Jonfer'
Debutó en el pabellón, ganó en él los WBC Youth y Silver y vuelve para medirse al tunecino Houya en su segunda entrega en el peso ligero
Sonriente, feliz de estar y sentirse en casa. Acompañado de su hermano pequeño. Sentado junto a los banquillos, él mismo se venda las manos para ... la suave sesión de calentamiento que sirve como encuentro mediático. Jon Fernández se transforma cuando pisa La Casilla. No es para menos, Siente el pabellón como su escenario talismán, el ring fetiche que le ha ido marcando el paso en el boxeo de pago. «Llevo año y medio sin boxear aquí, se notaba la necesidad de pelear en casa». En 'su' pabellón. «Debuté aquí, hice mi primer título, gané el Silver y prometí que volveríamos y lo hacemos a diez asaltos con una pelea muy interesante».
El ahora peso ligero vizcaíno presenta en sociedad a Abderrazak Houya, su rival en la velada de este sábado. «Es grande, ha peleado hasta en el superwelter, va a venir muy fuerte, llega de ganar al único púgil que le ganó en su carrera y fue Olímpico. Creo que es una gran tarjeta de presentación». Con una marca de 19-1 y 17 victorias por la vía rápida, los números de 'Jonfer' son antagónicos a los del tunecino afincado en Francia, cuyo balance de 14-1 sólo incluye dos combates zanjados antes del límite. El de Etxebarri le ve una posible explicación. «Saca mucho ritmo y al hacerlo quizá no puede ser más preciso con las manos o tener tanta fuerza. Pero son números. Cuando suba ahí y me lleve el primer golpe ya te diré si pega o no».
Sabe que se va a topar con un boxeo muy ordenado, con un Houya que sabe protegerse a la espera de sacar a pasear su gancho de derecha. «Su defensa no es de mover tanto la cabeza como yo, es muy de brazos y hay que saber buscar los huecos y variar mucho los ángulos del golpe». LaA pelea está pactado al límite de 62,5 kilos. Como ligero oficial, Jon reconoce que los dos kilos que ha subido desde el super pluma se notan mucho cuando llegan los combates. «Podría ser un superligero tranquilamente. No me causa mayor problema. Se nota sobre todo mentalmente. Yo suele estar en 70 kilos y pensar que debía bajar a 59 era muy duro para la cabeza». Ni que decir tiene que no ha catado los turrones. «En el equipo todos cenando todo lo que me gusta y yo un poco de brócoli y a la cama».
De Bilbao marchó a Madrid y de allí a Ponferrada donde tiene fijada su residencia. El motivo, ser feliz. «Mi trabajo lo puedo desarrollar en cualquier sitio teniendo buenos profesionales a mi lado. Además del boxeador está Jonfer persona y hay que buscarle la felicidad». En lo deportivo asume que 2020 puede suponer un punto d einflexión en su carrera. «Puede ser clave. Ganando esta pelea bien, un buen camino podría ser el campeonato de España, volver a Estados Unidos y el campeonato de Europa»
Aparcados los espasmos estomacales con los que debe convivir, anima a los aficionados a que no se pierdan este sábado «una velada bonita en una fecha ideal para regalarle la entrada a un amigo o un familiar. El Fran Mendoza-Nano Santana va a ser una pelea buenísima; boxea Jon Jader, que es un espectáculo verle; está jennifer Miranda, campeona de España; habrá peleas de K1... y, bueno, también boxeo yo (ríe).
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