El secreto más sucio de los nadadores olímpicos: «He orinado en todas las piscinas donde he competido»
Un reportaje de 'The Wall Street Journal' recoge testimonios de medallistas sobre cómo evacúan los deportistas en la pileta
Hay algo muy poco higiénico detrás de uno de los deportes que más éxitos ha brindado a Estados Unidos. Lo resume a la perfección el titular del prestigioso diario 'The Wall Street Journal': «El sucio secreto de los nadadores olímpicos». Es el encabezado de un reportaje que aborda el secreto ya desvelado del gremio de la natación: «todos orinan en la piscina».
El testimonio más descarado en el reportaje es el de Lilly King, doble campeona olímpica de 100 metros braza y en relevo 4×100 estilos en Río 2016. «Probablemente he orinado en todas las piscinas en las que he nadado», señala sin pudor. En su medallero, también atesora dos platas (200m braza y 4×100 estilos) y un bronce (100m braza) en Tokio 2020. «Puedo orinar mientras nado, lo cual es casi un don. Definitivamente es una habilidad», justifica la laureada deportista.
No es cosa fácil descargar cuando un nadador está en plena faena en las piscinas. Es habitual que tengan ganas de orinar con cierta frecuencia. ¿El motivo? Beben una cantidad importante de agua y bebidas isotónicas para combatir la deshidratación. Y sus bañadores, ceñidos y aerodinámicos, no dan precisamente facilidades.
King no es un caso aislado. Ni mucho menos. Otro ejemplo. Zach Harting, campeón del mundo en 2024 de 4x100 estilos. «El mundo cambió para mí después de orinar en la piscina por primera vez. Después de eso, cada vez que iba a una piscina solo consideraba que había nadado en ella si orinaba», confiesa este deportista que orina en la pileta desde que compite en los campeonatos estatales de escuelas secundarias, en Alabama.
«Todo el mundo orina»
Otra voz. La de Jake Mitchell, plata en el Mundial de 2023 en 4x200 libres y olímpico en Tokio. «Siempre tengo que orinar porque bebo mucho para hidratarme». Eso sí, tratan siempre de descargar la vejiga antes de zambullirse en el agua. Y una vez en la pileta, tratan de orinar sin nadie alrededor. El motivo lo explica Cullen Jones, oro en Pekín 2008 y Londres 2012 en la modalidad de 4x100 estilos. «Conviene no nadar nunca en una zona caliente», justifica.
De esta tema ya se habó sin pelos en la lengua en 2012. Fue en los Juegos de Londres. Ryan Lochte, con seis oros y varias medallas más a sus espaldas, lo confirmó. «Por supuesto que meamos. Creo que hay algo en el agua con cloro que te hace hacerlo automáticamente. No lo hago durante las carreras, pero sí durante los entrenamientos». Lo corroboró pocas horas después el más grande de todos los tiempos, Michael Phleps. Tiene 28 medallas olímpicas a sus espaldas. Casi nada. «Todo el mundo orina en las piscinas. Es algo normal que hacen los nadadores. Estamos en el agua dos horas y no salimos para orinar. No es tan grave ni malo porque el cloro lo elimina todo», deslizó con naturalidad.