Un triunfo clave para Rahm como 'puente' al PGA

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Si uno se atiene exclusivamente a los resultados, la campaña del golfista de Barrika ha tenido constantes altibajos. Pero ha habido mucho mejor juego de lo que apuntan las estadísticas. El problema es que los golpes que lo cambian todo, los que le hicieron ganar el Abierto de Estados Unidos y reactivarse en otras citas importantes cuando los nubarrones se cernían sobre su tarjeta, no han surgido en estos meses con la naturalidad que lo hacían antes. Y, en un deporte tan voluble e imprevisible, que de vez en cuando los dioses te favorezcan con media vuelta más de la bola para llegar al hoyo o con una racha de viento a favor suele ser determinante.

Tras las semanas sabáticas que se cogió en otoño y parte del invierno, agotado mentalmente tras una campaña de máxima intensidad, Rahm volvió a la competición a principios de enero con un prometedor segundo puesto en Hawái. En el American Express fue decimocuarto, pero después recuperó las buenas sensaciones con un tercer puesto en el Farmers Insurance y un décimo en el Phoenix Open, a un paso de su casa de Arizona.

La hoja de ruta entraba dentro de unos parámetros lógicos con la vista siempre puesta en cotas mayores, pero dificultades con los approach y con el putter empezaron a notarse en los 'pasaportes' de los recorridos y también en su clasificación en los torneos. The Players y Augusta fueron momentos duros y lo sucedido esta semana en México puede ser fundamental para quitarse aquellos malos sabores de boca y subirse a una nueva rampa de lanzamiento para afrontar los retos más inminentes.

Y el que ya asoma en el horizonte es el PGA, que arranca en poco más de quince días en Southern Hills. El triunfo en México, el primero de Rahm este curso, es un puente aéreo inmejorable para trasladar las buenas sensaciones de Puerto Vallarta al excelente campo de Tulsa.