La hoja de ruta perfecta de Rahm hacia el Masters
El de Barrika ha sabido mezclar a la perfección técnica y sensaciones para dar un paso decisivo hacia la cumbre en un 2023 en el que no ha dejado de brillar
La hoja de ruta de Jon Rahm para llegar en el pico de forma al Masters ha sido perfecta. Los resultados en este 2023 antes ... de llegar a Augusta habían sido extraordinarios, con victorias en tres prestigiosos torneos del PGA Tour como Hawái, el American Express y el Genesis Invitational de Los Ángeles, pero las balizas que indicaban el camino adecuado empezaron a iluminarse meses antes, cuando notó que las sensaciones habían vuelto para quedarse.
El golf tiene un claro componente técnico que es entrenable, pero para competir en plenitud y dar lo mejor de sí mismos los jugadores necesitan percibir algo más, un intangible sensorial más cercano al alma que al cuerpo que les comunica con sus palos. El talento del vizcaíno es portentoso, su fortaleza mental única y su gen competitivo, indestructible. Si a la combinación de estas tres cualidades se les suma ese espíritu único el resultado es un deportista total, como se ha demostrado con su exhibición en el que ha sido el segundo 'Major' de su carrera.
El pasado año su paso por Augusta estuvo marcado por la tarjeta de 77 golpes en la tercera jornada que le dejó sin opciones. Pero el destino le emparejó con Tiger Woods en la última vuelta y en ese partido se escribió parte del prólogo de lo bueno que ha venido después. El californiano regresaba a la competición tras doce meses apartado por el grave accidente de coche que le dejó las piernas maltrechas y acaparaba toda la atención. Y miles de personas siguieron el recorrido de ambos aunque estuvieran muy alejados de las posiciones de cabeza.
De las conversaciones con el ganador de cinco chaquetas verdes en aquel encuentro el de Barrika extrajo una conclusión que ha sido determinante en su posterior explosión a medio y largo plazo. Debía ejercitar la técnica, por supuesto, eso forma parte del día a día de cualquier profesional acostumbrado a competir en la élite, pero también tenía que dejar llevarse por la intuición y no sólo por la ingeniería. «He recuperado mi esencia», dijo un mes después cuando ganó en México.
En una disciplina tan cambiante y con una igualdad extrema –solo hace falta echar un vistazo a la batalla por el número uno que mantiene Rahm con Scottie Scheffler y Rory McIlroy–, la impaciencia es muy mala consejera. Los progresos rara vez son inmediatos y se necesita un punto de maduración para que sean visibles. Los altibajos son constantes y hay que saber gestionar las crisis para no regresar tocado a la casilla de salida.
Mirada puesta en los 'Majors'
El vizcaíno ya percibió avances en agosto en las finales del circuito americano. Tras el verano llegó la eclosión. Exhibición en octubre en el Open de España en Madrid con una cuarta jornada que quedará siempre para el recuerdo; y victoria incontestable en Dubái en noviembre para encaramarse a lo más alto del circuito europeo. Pero, como él mismo ha advertido en numerosas ocasiones, lo difícil cuando alcanzas la cumbre es saber mantenerse. En su caso, los cimientos son robustos y duraderos.
Después de su triunfo en el US Open de 2021 en Torrey Pines y su discreto 2022 en resultados, no así tanto en su juego, Rahm encaró el presente curso con la mirada puesta en los 'Majors'. Y el más cercano en el calendario era Augusta. Quería recoger el testigo de Severiano Ballesteros, José María Olazabal y Sergio García en el santuario de Georgia que concede la inmortalidad a sus campeones y que les da el derecho a jugarlo de por vida. Sin obsesionarse, pero sí con la ambición de quien aspira a todo.
El de Barrika afronta los torneos con más tranquilidad gracias a su madurez y a una capacidad innata para sobreponerse a las adversidades que mina la moral de sus principales adversarios. Saben que incluso en sus peores momentos tratará de buscar la luz si le dejan el mínimo resquicio para encender el interruptor que lo puede modificar todo. En Augusta se ha producido un ejemplo que describe a la perfección cómo es Rahm ahora, la calma con la que asume las situaciones negativas para darles la vuelta. Se produjo la primera jornada en el hoyo 1, cuando firmó un doble bogey que le rompió los esquemas nada más empezar el torneo. Lejos de condicionarle, ese día acabaría la jornada colíder con menos siete.
La temporada del vizcaíno es magnífica. No sólo ha ganado tres prestigiosas citas del PGA Tour, sino que su rendimiento en el resto ha sido más que notable. The Players, considerado el quinto Grande, es una espina que se le ha quedado clavada porque había completado una prometedora primera jornada y tuvo que retirarse antes de la segunda por un virus estomacal. Después, algunos quisieron atisbar un bajón en su juego al caer eliminado en la fase de grupos del Mundial Match Play de Austin. Pero se ha demostrado que aquello sólo fue un accidente, un obstáculo que había que superar para llegar aún más fuerte al Masters y enfundarse la chaqueta verde.
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