Análisis de los hoyos donde Rahm se jugará el US Open: cinco pares 3 de vértigo
Pueden ser decisivos en la resolución del torneo en Los Ángeles; hay uno de apenas cien metros con un green minúsculo, y otro casi alcanza los 270
Casi todos los campos que acogen torneos de máximo nivel tienen hoyos o zonas específicas que les diferencian del resto, ese punto emblemático que los ... aficionados identifican con un club concreto por su dificultad extrema o por peculiaridades que lo singularizan. El par tres más famoso del mundo, por ejemplo, está en el Stadium Course del TPC Sawgrass de Florida, la sede de The Players. Quita la respiración colocarse en el tee de este hoyo 17 y mirar ese minúsculo green construido sobre un lago a modo de isla y conectado con tierra por un puente. Y qué decir del Amen Corner, escenario de momentos estelares en el Masters de Augusta. Las banderas 11, 12 y 13 del santuario del golf conforman una especie de Triángulo de las Bermudas en el que se han hundido muchos barcos que hasta entonces navegaban con un rumbo definido.
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Los Ángeles Country Club se estrena esta semana como sede de una cita top y había expectación por conocer las opiniones de los jugadores sobre el recorrido. De entrada hay algo que llama poderosamente la atención en este campo de Beverly Hills situado a poco más de once kilómetros de la costa de Pacífico. Y es que tiene cinco pares tres, cuando la 'norma' general es que sean cuatro. El dato podría quedarse en una simple anécdota si no fuera porque lo que ocurra en ellos puede ser decisivo en la resolución del tercer 'Major' de la temporada. Son tan distintos en cuanto a distancia y protección de los 'trapos' que obligan a una elección casi matemática del palo en función del viento –dirección y fuerza– y de la colocación de los agujeros. Quien salga indemne de estos cinco hoyos, o con heridas curables, tendrá mucho ganado.
Las banderas en cuestión son la 4, la 7, la 9, la 11 y la 15. Quizás la 4 y la 9 sean las más parecidas a las que se pueden encontrar en otros lugares. Pero las otras tres tienen vida propia. En especial la 15. En función de la preparación del campo, puede haber entre 70 y 120 metros entre el tee y el hoyo. El green es muy estrecho al principio, unos siete metros de lado a lado, y se abre poco a poco en su disposición final. Si la bandera está situada en esa lengua inicial, el tiro al verde debe ser de una precisión casi quirúrgica, porque el rough de las riberas es mortal de necesidad. En sus rondas de prácticas los profesionales han probado las dos posibilidades. La de la longitud más corta penaliza sobremanera los fallos y si el viento se suma como una variable más este par 3 puede convertirse en uno de los jueces de esta cita del Grand Slam.
Las otras dos banderas que se salen de los parámetros son la 7 y la 11 y sorprenden por su largura, de entre 260 y 270 metros. La de la segunda parte del recorrido es algo más llevadera porque es en cuesta abajo y solo suele aliarse con los jugadores en este punto, aunque la dificultad es manifiesta. La 7 obliga a emplear una madera 3 y según desveló Jon Rahm incluso con ella en las manos en ocasiones la bola bota antes del green. «Dos son pares tres y medio», declaró el vizcaíno en referencian a estos dos hoyos cuando se le preguntó por los pares tres.
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