El palestino de la cantera del Athletic que ha llevado a su selección a una gesta sin precedentes

Ex del Mallorca, el Valencia o el Betis, en los últimos años ha dirigido a las selecciones de Egipto, Uzbekistán y a la República Democrática del Congo. En 2023 llegó a Siria y logró la clasificación para la Copa Asia. El país había participado en el torneo en seis ocasiones, pero nunca, hasta la llegada de Cúper, había logrado superar la fase de grupos.

Aunque sigue habiendo ciertos focos de guerra, la situación en Siria se ha estabilizado. Así lo reconoce Cúper: «Es un país muy golpeado por problemas de fronteras, pero ahora no los hay. Damasco es una ciudad tranquila. Yo llegué a trabajar en situaciones peores, como cuando dirigía a la selección de Georgia y estaba en guerra a unos 80 kilómetros».

Cúper es desde luego un tipo duro, acostumbrado a trabajar en situaciones complejas y exprimir a sus futbolistas al máximo. En la primera jornada sumó un punto ante Uzbekistán, y aunque cayó por la mínima ante Australia en la segunda jornada la victoria frente a la India le dio el pase como mejor tercera. Ahora, espera la conclusión del resto de grupos para conocer su rival en octavos.

Pocas horas después del partido entre Siria e India, Palestina se enfrentaba a Hong-Kong en el grupo C. Los palestinos cayeron ante Irán por 4-1 en la primera jornada, pero habían logrado un valioso empate ante Emiratos Árabes en la segunda, y sabían que una victoria les daría el pase a octavos, algo, que al igual que sus vecinos sirios, nunca habían conseguido. El país árabe logró un contundente triunfo por 0-3 y se aseguró el pase como una de las mejores terceras.

Palestina vive una situación terrible desde la invasión israelí, que el fútbol no puede atenuar. Yaser Hamed, jugador vasco-palestino así lo reconoce, aunque confía en que «lo que hemos conseguido ayude a llevar alegría, por pequeña que sea, al pueblo palestino y no sólo a los que están en el territorio, sino a todos los expatriados».

Yaser, nacido en Leioa en 1997, es hijo de un palestino emigrado a Euskadi, pero siempre tuvo presentes sus raíces. Fue parte del las categorías inferiores del Athletic, pero representar a Palestina en un momento tan complejo resulta emocionante para él, un sentimiento que comparte con el resto de sus compañeros.

La selección palestina solo obtuvo reconocimiento completo por las federaciones internacionales en 1998, y hasta 2015 nunca había conseguido jugar una Copa Asia. Ahora, en el momento más complicado de la historia de su país, entre las bombas y las ruinas, su selección de fútbol ha logrado una auténtica proeza y a la espera de conocer a su siguiente rival, quieren seguir soñando.