Simone, el bueno de los hermanos Inzaghi
Favorito. Como jugador siempre estuvo a la sombra de su hermano Pippo, pero como técnico, al frente de un Inter al que está haciendo volar, sucede lo contrario
iñigo a. benéitez
Lunes, 25 de abril 2022, 00:38
En el fútbol, como en la vida, o quizás más que en la vida, el azar juega una parte fundamental. Entrenadores, periodistas y demás expertos ... intentan revelarse ante este hecho con intrincados análisis que den explicaciones a sucesos que son, en el fondo, fruto de la pura contingencia. La historia de Simone Inzaghi lo ilustra a la perfección. Tras hacerse cargo del equipo de su vida, la Lazio, durante los últimos ocho partidos de la temporada 2015-16, el club decidió prescindir de él y contratar a Marcelo Bielsa. Pero apenas una semana después de su fichaje el argentino rompió su vinculación con el club romano alegando que no se habían cumplido los términos en los que fue contratado e Inzaghi pudo continuar como entrenador.
Fue un golpe de suerte para un futbolista que había pasado toda su carrera bajo la alargada sombra de su hermano mayor, Filippo Inzaghi, estrella del Milan. En el fútbol se hacen a veces distinciones muy crueles, de manera que Simone siempre fue el malo de los dos hermanos. Como entrenadores, sin embargo, la historia se está escribiendo de otra manera. Pippo cogió las riendas del Milan en 2014, pero desde entonces su carrera en los banquillos ha sido muy irregular. El pequeño Simone, por el contrario, terminó dirigiendo a la Lazio durante un lustro y el rendimiento del equipo fue excelente. Lo clasificó cuatro años para Europa, tres veces para la Europa League (en dos de ellas perdió la plaza de Champions en la última jornada) y uno para la Champions. Además, durante ese tiempo alcanzó dos finales de Copa, de las cuales ganó una, y disputó dos Supercopas, ganando ambas a la todopoderosa Juventus. Todo ello lo hizo con un fútbol atractivo, de presión alta y combinaciones vertiginosas.
Su buen hacer en el club de la capital le llevó este verano, de nuevo por una casualidad, al banquillo del Inter, el nuevo campeón de Italia. Descontento con su directiva porque no solo no quiso reforzarse tras lograr un scudetto histórico ya que acababa con la tiranía de la Juventus, sino que traspasó a Lukaku y Achraf, Conte decidió abandonar el club.
Se afianzó y triunfó en la Lazio tras el contrato fallido de Bielsa y cogió a un Inter en reconversión
Rumbo a un triplete histórico
Fue un momento complicado. Parecía que el proyecto interista decaería y que Conte había tomado la decisión correcta. Los neroazzurros, sin embargo, se movieron de forma inteligente en el mercado, fichando de forma gratuita a Çalhanoglu y a Dzeko y pagando 16 millones por Dumfries, el potente carrilero holandés que había sido una de las revelaciones de la Eurocopa. Con estos mimbres, sumados a la herencia de Conte, Inzaghi está haciendo volar al Inter, que juega todavía mejor que la temporada pasada y tiene un nivel competitivo altísimo. El Liverpool, al que hizo sufrir de verdad en la eliminatoria de octavos de la Champions, puede dar fe de ello.
En la Serie A, el Inter es favorito tras firmar el sábado una victoria inapelable ante la Roma de Mourinho, que llevaba doce partidos seguidos sin conocer la derrota. Sus posibilidades de renovar el título son muy grandes ya que su calendario es sensiblemente más asequible que el de su gran rival, el Milan, al que la semana pasada batieron en las semifinales de Copa por un contundente 3-0. Unido al título de la Supercopa, ganada ante la Juventus, el Inter se acerca a un triplete histórico que encumbraría a su entrenador como el más exitoso del club desde Mourinho. Está claro que, como técnico, Simone es el bueno de los hermanos Inzaghi.
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