El Arenas cae ante el Gernika condicionado por dos expulsiones

Jugar con nueve desde el minuto 35 condiciona a cualquiera. Y el Arenas no es una excepción, como ha quedado demostrado al caer derrotado por el Gernika en el derbi vizcaíno. Por si fuera poco, las dos expulsiones, muy protestadas, han llegado pronto. En el 25 ha visto la roja el lateral Bravo y, diez minutos después, le ha pasado lo mismo a Arana. Pese al derroche físico, al final la balanza se ha inclinado a favor de los visitantes que han marcado los dos únicos goles por mediación de Sanz y Gorka Marcos.

El conjunto de Javier Oaizola ha arrancado pletórico, enchufado. Ya en el minuto 1, una combinación en el área de Arzuaga y Lizarraga ha terminado con una volea de este último que le ha salido excesivamente cruzada. Para entonces los rojinegros ejercían una presión alta que obligaba a los de Aitor Larrazabal a buscar a los delanteros con balones y despejes en largo. Sencillez para quitar riesgos y crearlos en las contras.

Las disputas en el campo estaban bien claras en un partido físico. Como la que ha mantenido Zorrilla con los centrales para tomar la iniciativa y disparar de fuera del área, pero el balón ha golpeado en la pierna del defensor y se ha ido a córner. Se peleaba por cada centímetro de terreno hasta que en uno de esos pases largos ha ido Bravo a buscar el balón en pugna con Ibai Sanz. En la disputa, ha caído el delantero del Gernika, que se dolía en el suelo. El colegiado ni ha señalado la falta pero segundos después ha cortado la jugada para atender al jugador visitante y mostrar la cartulina roja al lateral derecho.

Al quedarse con diez, Olaizola ha metido a Arana para atar mejor atrás. Y tan solo diez minutos después ha tenido que volver a los vestuarios porque el árbitro le ha mostrado la cartulina roja. Era el minuto 35 y el encuentro se ha puesto muy cuesta arriba para los getxotarras. A partir de ahí el Arenas se ha fajado en defender y en buscar ocasiones a balón parado para sacar petróleo, algo que no ha sucedido.

En la primera mitad, el Gernika no ha tenido más ocasiones añadidas que un disparo de Aguirre que ha salido muy alto. Pero tras la reanudación han ejercido el dominio los de Larrazabal. A pocos minutos de la reanudación, Gorka Aguirre se lamentaba porque le ha salido demasiado elevado su remate. En la siguiente jugada que ha acabado en córner, Argente ha conseguido cabecear pero su testarazo lo ha bloqueado un Altamira bien colocado. Ha sido una de las escasas oportunidades que ha gozado el equipo local, condenado a defender su parcela.

Las llegadas visitantes iban ganando peligro a medida que pasaba los minutos. En el 69, Landeta ha firmado un paradón después de un disparo a bocajarro y raso de Aguirre -muy activo y destacado en el encuentro-, que iba envenenado a la base del poste. Y cuando parecía que la gesta podía cumplirse ha llegado el primer gol. Agirre ha centrado desde la derecha medido para que Sanz, que entraba de atrás, se anticipase a los defensas y rematarse solo de cabeza. Ha sido un testarazo inapelable. Las esperanzas se han dilapidado para el Arenas cuando solamente dos minutos después, tras un lío en el área, el balón ha llegado a Gorka a Marcos que lo ha colado por el único hueco que había en el fondo de la portería de Landeta.

Al final el colegiado se llevó una sonora pitada en Gobela, donde el público -unas 600 personas-, en pie, brindó una cerrada ovación al equipo local por su entrega en un partido en el que ha dado la cara de principio a fin.

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