«Para ser reconocidos como selección hay que tocar puertas»

- ¿Por qué da este paso?

- Conozco bien el entramado de las federaciones gracias a un proyecto del Gobierno vasco, y se puede decir que los números nos están dividiendo y tiene mucho que ver con las mayorías simples. Está dificultando mucho el consenso. Nuestras cuatro líneas estratégicas son prestigio, referencialidad, imagen y democratización. Si para llegar a consensos, incluso para el orden del día, tiene que haber discusiones, disputas y todo se decide por mayorías simples... Todo el prestigio que se está intentando conseguir a través de los jugadores y entrenadores con las selecciones absolutas se queda por los suelos internamente. La Federación vasca tiene un nivel de prestigio bajo, referencialidad baja, imagen media-baja. Hay un gran problema de falta de consenso. Ésa es mi misión principal.

- De ahí que planteara una candidatura única.

- Claro. Una de las cuatro líneas de trabajo es la democratización. Aquí hay un sufragio censitario, se forma un embudo.

- Su rival acude en su plancha con los tres vicepresidentes de las territoriales.

- Eso nos lo pone más difícil. Las provinciales no pueden tener tanto poder porque dificulta los acuerdos. El objetivo es tratar de implementar sistemas de gestión basados en el trabajo en equipo y en el reparto equilibrado del poder de decisión. Ahora hay cuatro grupos, y no hay libertad ni de pensamiento ni de voto. En nuestra junta la va a haber. Hay que agilizar la gestión. Otra de las cuestiones de la democratización es que nadie del fútbol sala está representado en la junta. En referencialidad, en prestigio y en imagen la Federación debe mejorar.

- Ha hablado de la selección. Su objetivo es la oficialidad.

- Desde luego. ¿Oficialidad? Es otro término... Es el reconocimiento. Si no haces la petición para incorporarte a quien realmente organiza estas competiciones oficiales, ojo, entre estados, entre naciones con Estado, que es UEFA y FIFA... La oficialidad es una consecuencia, porque vas a poder jugar en competiciones oficiales. Pero ahí todavía tenemos que tocar puertas y demostrar. Y ahí se ha hecho un esfuerzo entre jugadores, entrenadores, para conseguir prestigio...

- ¿Primero es prestigiar la Federación y luego dar a ese paso?

- Se tiene que dar a la vez. Para prestigiar la federación hay que proponer cambio de estatutos. Esta línea de la democratización será a tres o cuatro años. Esto se puede hacer en uno o dos. Parece que el partido de Euskal Selekzioa es el objetivo. Y de ahí vino la movida aquella vez -habla del conflicto que se dio en 2008-. Con el tiempo, he entendido que el problema no era por llamarnos Euskadi, ni por Euskal Herria, sino por la falta de consenso. Había discusiones hasta para elegir contra quién jugar.

- La pandemia ha parado el deporte aficionado y el escolar. La supervivencia de varios clubes corre peligro.

- Es la gran prioridad. Nuestro objetivo es estar muy cerca de los clubes, percibir cuáles son sus necesidades y hacer políticas y proyectos para ellos. Hay que trabajar para los clubes que están en el barro y haciendo un esfuerzo.

- Hace poco, los capitanes de más de la mitad de los equipos de Regional se quejaban de que no había garantías sanitarias.

- Se ha protegido a los profesionales. Y el semi-profesional, las competiciones que tienen relación con la Federación Española. Y los que más tirados están son los que más ayuda necesitan. Se van a arruinar. Hay un riesgo alto de que el 30% de los clubes mueran como no se solucione el deporte escolar y el aficionado.