Nico Williams y Artola siguen con su idilio con el gol para batir al Laredo

En los partidos del Bilbao Athletic siempre pasan cosas, se hacen largos y se suceden los acontecimientos, casi siempre a favor en un curso para enmarcar. En la vuelta a la normalidad después de dos semanas de paréntesis obligados, emergieron de nuevo las figuras de Nico Williams y Juan Artola, en el punto de mira de Marcelino García Toral, y que despacharon al Laredo de las instalaciones de Lezama en un 2-1 que vuelve a colocar al filial en la cúspide de la tabla. Por su parte, el Laredo, que venía de enlazar tres derrotas consecutivas, suma una cuarta ante un Bilbao Athletic que encadena catorce jornadas sin perder protagonizando una racha imperial, brutal, agarrando de nuevo el liderato provisional con 33 puntos en 16 partidos, a la espera de los resultados que cosechen Real Unión y SD Amorebieta este domingo.

Nico Serrano de vuelta a la titularidad de extremo izquierdo, arrancaba muy activo en envite con dos cabalgadas por la derecha, y por el pasillo central, provocado una amarilla para el Laredo antes de que Riki Fernández probase los reflejos de Agirrrezabala en un despeje a córner. El Bilbao Athletic triangulaba con estilo ante un equipo de Manu Calleja valiente y descarado ya que no le quebada otro remedio para no despeñarse a la zona roja de la tabla. Dos intentos de Diarra, pero sin terminar de asustar a Puras y Beñat Prados siempre presente en los arranques del equipo bilbaíno, que se topaba con la presión insistente de los cántabros, muy arriba y por momentos intensa. Diarra, por tercera vez, sí que se acercaba más al arco tras pase de Nico Williams, aunque su remate bordeando la frontal salía ligeramente desviado y en una cuarta intentona, de cabeza, el cuero se escapaba alto por encima del larguero visitante. Por el Laredo era el exdelantero de Móstoles, Elche y Cartagena, Siafá, el que más percutía sin pensarse un instante al golpear el balón.

Nico Williams la tuvo también de falta en un centro chut que casi se colaba por la escuadra de Puras, atento a la jugada. En estas que Óscar Siafá adelantaba al Laredo en una jugada confusa dentro del área local tras un primer remate de Varo, y cuyo rechace de Álvaro Núñez bajo palos, ejecutaba el delantero madrileño insertado entre la defensa rojiblanca. El equipo de Etxebe seguía a lo suyo, sin notar el golpe moral del tanto encajado, favorecido además por el viento de cara producto de una expulsión de Rasines por doble amarilla, en apenas diez minutos, que dejaba al Laredo con un hombre menos en el 41. Encima, a renglón seguido, penalti decretado ante un remate de Ewan Urain alto del que fue derribado en el área pequeña. Una pena máxima muy rigurosa que enfureció a los visitantes. Y Nico Williams, infalible, puso las tablas antes del descanso sellando desde los once metros. Su séptimo gol del curso.

En el segundo acto, Varo García Arana, mediapunta de origen vasco, mandaba a las nubes el primer aviso en ataque, pero fue Juan Artola, quién si no por su listeza, el que adelantaba a los rojiblancos a centro de Williams, en otra asistencia más, van ocho, y el centrocampista, de cabeza, picaba el segundo batiendo a puras en el minuto 54 y sumando su sexto tanto en su casillero. Una asciación de lujo, que se entiende. El filial seguía percutiendo buscando más goles, dominando con soltura, tocando y lanzando ataques ofensivos, con centros laterales, sobre todo por parte de Núñez. Nico Williams casi anotaba el tercero de la tarde en una de sus galopadas, que Álex Pérez abortaba con dificultades y el propio Artola, en doble remate ante una nube de defensas visitantes, no lograba su propósito. En la misma línea, Tascón remataba alto un nuevo centro desde la diestra de un incansable Álvaro Núñez y le anulaban un gol al ariete de Uribarri por fuera de juego viniendo de segunda línea. El Laredo no se rendía con un avance de Saúl García por la izquierda que acababa con un remate de Juancar Campos, a la heróica con uno menos, más por raza que por argumentos, y con el Bilbao Athletic amenazando continuamente su integridad atrás. Ya no se movió el tanteador en unos últimos compases embarullados, en el que Nico Williams no sellaba ese anhelado tercer tanto por la bota de Goñi desviando su trayectoria a puerta.