Reparto de puntos en un clásico insípido

Barakaldo y Cultural Leonesa firmaron las tablas en el 'clásico' de la división de bronce, donde se enfrentaban los dos conjuntos que más puntos acumulan en la historia de esta competición. Ninguna de las dos escuadras pudo imponer su ley en ataque y el encuentro concluyó con el resultado gafas. Fue un duelo muy trabado, con excesivas interrupciones debido a la alta tensión que reinó en Lasesarre desde el pitido inicial. De este modo, el cuadro fabril acabó por primera vez un encuentro con la portería imbatida esta temporada, aunque no le bastó para obtener los tres puntos ante uno de los gallos de la categoría.

En primera instancia, sorprendió la baja en el once inicial de Héctor Nespral, que hasta el momento era el único jugador que había entrado en todas las alineaciones del cuadro gualdinegro. El centrocampista asturiano ni siquiera entró en la convocatoria, por lo que se intuye que está lesionado, al igual que otras piezas relevantes para Hernán Pérez como José Picón, Carlos Algarra e Iker Olaizola. El primer cuarto de hora de encuentro pasó totalmente desapercibido. Ninguno de los dos conjuntos fue capaz de provocar peligro real al rival y los porteros no tuvieron que actuar en ningún momento durante este tramo. Los fabriles tenían más el balón en campo contrario, pero los visitantes hacían más daño cuando disponían de la posesión al realizar un juego más directo.

La primera opción de estrenar el marcador no llegaría hasta el minuto 25. Juan Delgado obtuvo el esférico en el interior del área tras caerle el rechace en una falta botada por Sergio García desde el costado derecho y el delantero valenciano no definió bien y el tiro se marchó desviado. Tras esta única ocasión destacable en todo el primer tiempo, los blanquillos lo intentaron otras dos veces por medio de Kawaya y Èric Montes, pero no encontraron puerta y no inquietaron a Rabanillo.

La Cultural comenzó con más brío la segunda mitad y al principio, avasallaron el arco fabril en busca de la diana que rompiera la igualdad. El duelo estaba pasado de revoluciones y constantemente se interrumpía el juego debido a las numerosas faltas cometidas por parte de ambos equipos. En el minuto 51, un centro envenenado de Roberto Fernández estuvo a punto de colarse en la portería de la escuadra local. No obstante, después de esta acción, los locales en comunión con el apoyo de su afición, tomaron la iniciativa y ganaron mucha presencia en las inmediaciones del área rival. Los dos entrenadores tampoco quisieron mover ficha para no arriesgar demasiado y las sustituciones realizadas por parte de ambos, no modificaron sus esquemas. Con el paso del tiempo, las acciones se fueron diluyendo. El brillante arranque del segundo tiempo que fue muy esperanzador, terminó por ser únicamente anecdótico y el partido parecía abocado a las tablas. En los minutos finales solo cabe resaltar el aliento de la grada, que trató de empujar a los suyos en busca del triunfo, aunque sin éxito.