«Hay que hacer autocrítica y dar un paso adelante todos», afirma Jairo Cárcaba

Jairo Cárcaba fue el primer fichaje que anunció el Barakaldo durante este mercado invernal, al que le proseguirían otras seis incorporaciones más. El delantero cedido por el Castellón se ha convertido en una pieza indispensable en los planes de Hernán Pérez desde que realizó su debut el pasado 12 de enero ante el Rayo Vallecano en Copa del Rey. En liga ha disputado todos los minutos desde su desembarco. El punta gijonés de 27 años ya ha demostrado que no le puede la presión a pesar de que el cuadro fabril ocupe los puestos de descenso y en el choque anterior ante el Leioa, anotó la única diana de los últimos ocho partidos para terminar con la mayor sequía goleadora de la historia del club.

- ¿Qué le impulsó a fichar por el Barakaldo?

- Mi situación en el Castellón era complicada. Sufrí una lesión y después me costó entrar en el equipo. Cuando me surgió la oportunidad de salir, me decanté por venir aquí, sobre todo por la presencia de Hernán Pérez, a quien conozco de hace muchos años. Por mi situación, necesitaba estar con un entrenador que me ofreciera confianza, me valorase y que supiera que iba a sacar lo mejor de mí. Creo que aquí será así.

- Son cinco jugadores asturianos en el vestuario. Este hecho habrá facilitado su adaptación al vestuario.

- Prácticamente no ha habido proceso de adaptación. No solo por el hecho de que seamos muchos asturianos y que hayamos coincidido algunos anteriormente, sino porque en mi caso estoy cerca de casa, el clima es similar y todo es bastante parecido. Estoy como en casa y estoy muy contento de haber venido aquí. Ahora solo queda sacar adelante los resultados.

- Usted se formó en la cantera del Oviedo mientras Diego Cervero era toda una institución allí. ¿Qué le supone ahora formar dupla de ataque con él?

- Es una persona que a mí me ayudó mucho cuando estuvimos en el Oviedo. Siempre apoyaba a los más jóvenes en el vestuario. Para mí volver a coincidir en esta etapa tan distinta a la anterior es todo un honor. Creo que nos vamos a entender muy bien.

- ¿Supone un gran contraste pasar de un equipo que ocupa el play-off de ascenso (Castellón) a luchar ahora por la permanencia en el Barakaldo?

- No. Para mí estar aquí no es un paso atrás, ni mucho menos. Es un premio. Ahora estoy participando mucho más, he tenido la fortuna de ver puerta y ya cada vez me encuentro en mejor forma.

- ¿Cómo se encuentra moralmente el vestuario tras cosechar siete derrotas consecutivas (seis en liga y una en Copa del Rey)?

- El vestuario está tocado y concienciado de que hay que cambiar esta dinámica lo antes posible. Después de todos los fichajes que ha habido, esta semana nos estamos acoplando los unos a los otros y el progreso seguro que se verá en las próximas semanas.

- ¿Están con fuerzas para mantener la categoría?

- Por supuesto. El año pasado me tocó vivir una situación mucho más dramática en el Castellón y acabamos salvando la categoría. Esa experiencia me sirvió para tener la cabeza más fría en este tipo de casos y tomar mejores decisiones en situaciones de presión que requieren esta tranquilidad. Después de aquello, esta temporada me parece muy remontable. Hay que hacer autocrítica y dar un paso adelante todos.

- A pesar de que no consiguieran ningún punto, su gol en el encuentro anterior terminó con la mayor sequía goleadora de la historia del club –siete partidos sin marcar-. ¿Fue un alivio para el equipo?

- Ese gol nos liberó a todos en algún sentido. Estaba convencido de que adelantándonos en el marcador, ganábamos seguro. Fue una pena no conseguirlo, pero para mí marcar fue la única nota positiva de las últimas semanas. El haberme quitado la espina del primer gol es importante, pero esperemos que la cosa no se quede aquí y todos los de arriba comencemos a marcar con más asiduidad. Para un delantero lo ideal es marcar y que el equipo gane. Si no va unido, se te queda un sabor agridulce. Confío en que este domingo podamos conseguir la victoria y nos quitemos un gran peso de encima.