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Está más que comprobado que las redes sociales pueden ser el origen de muchos disgustos. Sobre todo, si se usan sin ningún tipo de filtro personal. Como ha hecho Juan Bernabé. Este gaditano, nacido en 1968, es un personaje muy conocido en el fútbol italiano al ser el cetrero del águila 'Olimpia', la majestuosa mascota de la Lazio que suele sobrevolar el estadio Olímpico de Roma durante los partidos de su equipo. Pues este trabajador del club transalpino ha sido despedido tras 15 años de servicio por compartir toda clase de material multimedia sobre su operación de pene, algo que este admirador confeso de Franco y Mussolini creyó que era de especial interés para sus seguidores.
Y es que el andaluz no ha ahorrado en detalles a la hora de publicar fotos y vídeos de la nueva prótesis de su miembro viril. Y no menos polémicas fueron sus explicaciones sobre las razones que le habían llevado a recurrir a esta cirugía. «Quería aumentar mi rendimiento sexual porque soy muy activo. Necesito eyacular cada vez que tengo tiempo libre. Lo hice para rendir como cuando era joven. Mi erección es natural pero con este dispositivo presiono un botón que me permite controlar perfectamente tanto la erección como el tiempo», argumentaba.
Todo ventajas para un hombre que, pese a confesar que vive en pareja, sale con otras mujeres. «La mujer que está conmigo lo sabe y entiende que para mí el sexo es una necesidad», justifica el cetrero. «A todo el mundo le gusta el sexo. Yo no bebo, no fumo y no tomo drogas pero me gusta el sexo como a todos los hombres, y los hombres siempre intentamos tener mayor capacidad sexual», añadía Bernabé que declaraba tener «la conciencia muy tranquila».
Sobre el hecho de compartir los detalles de su operación, explicaba que «para mí la desnudez es normal porque crecí en una familia naturista y con una mente abierta, no entiendo cuál es la relación de mi foto con la pornografía». Una postura que no ha compartido la Lazio que, tras el escándalo de sus mensajes, tomó la decisión de prescindir de sus servicios. «El club, asombrado al ver las imágenes fotográficas y de vídeo del Sr. Juan Bernabé y al leer las declaraciones que las acompañan, anuncia que ha puesto fin, con efecto inmediato, a todas las relaciones con él, dada la gravedad de su comportamiento», detallaba en su comunicado oficial.
«No es posible que todos estemos asociados, especialmente al símbolo histórico del águila, con un sujeto quien, con su iniciativa, hizo inadmisible la continuación de la relación», añadía el club italiano. Lo surrealista de esta situación es que el doctor que operó en la clínica Nuova Villa Claudia al cetrero, el cirujano-andrólogo Gabriele Antonini, forma parte del equipo médico de la Lazio. Ni el mismísimo Federico Fellini podría haber hecho una película con un argumento mejor.
Comunicato ufficiale
— S.S.Lazio (@OfficialSSLazio) January 13, 2025
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El caso es que no es la primera vez que Bernabé se sitúa en el ojo del huracán mediático. De hecho, la Lazio ya lo despidió en 2021 cuando se le ocurrió practicar el saludo fascista con su afición. La grada respondió su saludo romano, prohibido por la ley italiana, con gritos de «Duce, Duce», unas imágenes que provocaron el rubor y el enfado de todo un país. Pese a dar una penosa imagen del club, finalmente fue perdonado y reincorporado a su puesto de trabajo tras sus declaraciones en las que justificaba su gesto como una mera celebración.
«Soy una persona absolutamente de derechas, del partido Vox en España como algunos futbolistas amigos míos y estoy orgulloso de ello, pero no soy de una idea fascista, no está realmente en mi mentalidad», declaró. En ese sentido, el gaditano incidió en que se trató de «un saludo militar, nunca fascista. En cualquier caso, estas cosas son parte de la vida, hay momentos buenos y malos. Y este es un mal momento para mí», reconoció.
Finalmente Bernabé fue perdonado por la Lazio cuando las aguas volvieron a su cauce pese a reconocer ser admirador de Franco y Mussolini. Algo entendible por su dilatada experiencia como adiestrador de estas aves, una profesión que ya practicaba con éxito en Lisboa años antes con la mascota del Benfica. Su suerte parece haber terminado con su particular destape en las redes sociales. Quién sabe dónde sobrevolará este hombre que susurraba a las águilas a partir de ahora o si, finalmente, volverá a ser perdonado en el moderno coliseo romano ya que, como su antiguo club reconoce, «es consciente del dolor que la pérdida del águila causará a la afición en los próximos partidos en casa».
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