Los jugadores vascos de Tercera intercambian impresiones con la AFE

Una treintena de capitanes de los clubes vascos de la Tercera División se reunieron este martes de manera telemática con la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) por espacio de más de una hora, con la presencia del presidente, David Aganzo, con los delegados de la Zona Norte, Zarate y Cabero, más el abogado encargado de darles las pautas de lo que significa sumergirse en un ERTE y pulsar sus impresiones ante la inminente vuelta a que ruede el balón tras salir de los límites de esta situación de pandemia sanitaria.

La reunión se basó principalmente en explicar a los jugadores los pormenores de los ERTE, como en el caso del Sestao River y algún club más pendiente de su ejecución, lanzando una serie de preguntas para comunicárselas a los compañeros estos días por medio de cada capitán. Una base de negociación que después de ser trasladada a todas las plantillas, en los próximos días se retomará con una nueva reunión telemática para intentar alcanzar un consenso. Que los contratos no sean profesionales, sino amateurs, en su mayoría y que los presupuestos de los equipos más modestos estén cuadrados, no han extendido el tema de los expedientes de regulación temporal de empleo en suelo de Euskadi en Tercera, aunque sí en Segunda B. De hecho, sus capitanes de los clubes vizcaínos, todos con ERTE en marcha salvo el Bilbao Athletic, se reunieron la pasada semana con Aganzo emplazados a seguir en contacto.

Las conclusiones están pendientes tras esta reunión informativa con los futbolistas de Tercera, a veces los grandes olvidados, pero que también tienen sus derechos y que, de momento, tratan con sus condiciones menos privilegiadas en las categorías superiores, mantener la forma física en sus domicilios. AFE confía en que, salvo una catástrofe, la Liga en Tercera se pueda retomar ganando terreno a la ventana del verano. Las preguntas formuladas son claras para los jugadores. Entre otras, si quieren acabar la competición, en qué parámetros y si estarían dispuestos a jugar los meses de julio y agosto, con el agravante de que no son profesionales y tienen sus trabajos paralelos.