Inter y Milan plantan la semilla de la lucha contra los ultras en el fútbol italiano
Ambos clubes, que comparten San Siro, niegan el abono a «tifosi no gratos» e impodrán el reconocimiento facial
En una iniciativa sin precedentes, el fútbol italiano ha dado el primer paso para intentar acabar con la lacra de sus ultras. Un proyecto piloto ... diseñado por el Inter y el Milan, los dos clubes de la capital lombarda y que además comparten el estadio de San Siro, busca ser un antes y un después en un país donde los hinchas más violentos campan a sus anchas y gozan de facilidades para desplazarse entre ciudades, trayectos que aprovechan para el tráfico de drogas. 'La Gazzeta dello Sport' tilda el plan de «revolución».
El Milan-Cremonese del 23 de agosto, en la primera jornada de la Serie A, servirá para comprobar si los planes de ambos equipos empiezan a cumplirse. Se trabaja en tres principales medidas. La principal de ellas pasa por rechazar la renovación del abono de los «tifosi no gratos», es decir, aquellos radicales con condenas o sanciones a sus espaldas. A su vez, se quiere cortar de raíz la cesión de asientos a terceros, una reventa por la que los colectivos de ultras se lucran económicamente. Se estima, por ejemplo, que la Curva Nord del Inter maneja cerca de 200 carnés con nombres ficticios. Por último, se instalará un sistema de reconocimiento facial en los tornos.
Los directivos de ambos clubes trabajan de la mano de la Fiscalía y la Policía de la ciudad, que han colaborado en la investigación 'Doble Curva'. Gracias a ella han descubierto buena parte de los negocios ilícitos que se manejan en las entrañas de San Siro, así como los lazos de la mafia con los propios ultras. De hecho, en los últimos años dos radicales del Inter han sido asesinados. Uno de ellos era el líder de la agrupación, Vittorio Boiocchi (2022). El otro es Antonio Bellocco, próximo a la mafia de la 'ndrangheta' calabresa, relacionada con el tráfico de cocaína, que fue tiroteado el año pasado.
La operación descubrió una «milicia privada y una estructura jerárquica» respecto al funcionamiento de los grupos ultras, que tienen «chantajeados» a los clubes, según analiza Roberto Saviano, el autor de 'Gomorra', el libro sobre la mafia de la Campaña, al sur de Italia, por el que ha estado amenazado de muerte casi dos décadas. «Basta un cántico racista o el lanzamiento de objetos para cerrar un estadio, así que los clubes callan, por miedo o conveniencia», añade.
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