Villa: el adiós de un goleador letal
David Villa ·
El Guaje anuncia en Japón, su último destino, que colgará las botas a final de temporadaDavid Villa ha anunciado su retirada a final de temporada y, aparte de quitarnos el sombrero, es inevitable pensar en cómo va desapareciendo poco a ... poco, por pura ley de vida, la generación de oro del fútbol español. De los convocados para la Eurocopa de 2008, el torneo donde comenzó el ciclo triunfal de la Roja, ya sólo quedan los que entonces eran unos pipiolos que miraban con asombro y admiración a Luis Aragonés, y no dejaban de temer que, durante una de sus broncas o arengas, se le cayera la dentadura postiza: Cesc, Albiol, Cazorla, Sergio Ramos, Iniesta, Silva, Sergio García y Reina. De todos ellos sólo permanecen en la selección Ramos, dispuesto a batir todos los récords de internacionalidad y dejarlos en el infinito o más allá, y el sorprendente Raúl Albiol. Digo lo de sorprendente porque hace ya cinco años, viéndole en San Mamés con el Nápoles en aquella inolvidable previa de la Champions, algunos lo dimos por amortizado. Y de eso nada. Está jugando a un buen nivel en el VIllarreal y Robert Moreno lo ha repescado como en el Ejército se repesca a un reservista en caso de necesidad.
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Un palmarés de leyenda
Volviendo a David Villa lo primero que cabe decir es que los adjetivos para elogiarle se nos acabaron hace mucho tiempo. En el caso de los cronistas del Athletic podríamos incluso apuntar una fecha concreta: el 23 de abril de 2006. El Valencia visitaba San Mamés. Los jugadores de Javier Clemente, muy apurados en la clasificación, pelearon con coraje durante ochenta minutos ante un rival superior que luchaba con el Real Madrid por el segundo puesto. Cañizares tuvo que emplearse a fondo en varias ocasiones para salvar a su equipo. Y, de repente, cuando el 0-0 ya empezaba a insinuarse como algo inevitable, apareció el Guaje. Letal en el área, recibió tres balones, el último de ellos tras una gran jugada de Mista, y los convirtió en gol. Fue visto y no visto, un 'hat trick' fulminante al que hubo que resignarse como quien se resigna a un chaparrón.
El delantero de Tuilla fue sustituido justo después de firmar el 0-3. Mientras se retiraba, no sé si silbando el 'Chi mi frena in tal momento', como Toni Camonte en 'Scarface', escuchó algunos aplausos de un público caballeroso en su resignación. Pocas veces he sentido en un campo de fútbol una sensación tan clara de cómo un profesional del gol hace su trabajo de forma fría y competente, sin acritud. Sólo le faltó disculparse ante Iñaki Lafuente y decirle que no tenía nada contra él, que sólo era una cuestión de negocios.
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