La Real Sociedad elimina al Real Madrid (3-4)

Cuando la primavera parecía haber llegado en pleno invierno para el Real Madrid. Cuando Zidane había hallado el ansiado equilibrio. Cuando el equipo blanco al fin había conseguido llegar a febrero con plenas opciones en todas las competiciones, llegó la Real Sociedad y se vistió de Ajax para resucitar todos sus fantasmas. El equipo 'txuri urdin', un bloque con talento y candidez defensiva para ser capaz de lo mejor y de lo peor, desató una tormenta perfecta sobre el Santiago Bernabéu, que retrocedió un año en el tiempo y se despidió de la Copa del Rey sin apenas tiempo para darle la bienvenida.

Sin Casemiro como ancla y sin Carvajal, Varane y Mendy, tres de los cuatro pilares de su defensa, el Madrid fue durante fases del partido un muñeco de trapo zarandeado por el talento de la Real, que sólo sufrió por su escasa seguridad defensiva. Ante la ausencia de Zaldua en el costado derecho de la defensa realista, el Madrid cargó su ataque por esa zona, donde Gorosabel hacía lo que podía ante la velocidad de Vinicius, un auténtico dolor de muelas para la Real, y las incorporaciones al ataque de Marcelo, las dos armas a las que se aferró el equipo de Zidane.

La ausencia de Casemiro volvió a ser una baja demasiado importante para el equilibrio del Madrid en la medular. En su lugar actuó Kroos como pivote, una faceta con la que el alemán no termina de sentirse a gusto. Odegaard, que había pasado desapercibido durante los primeros 20 minutos, encontró un balón rechazado por Areola tras remate de Isak y lo aprovechó para castigar al equipo por el que está cedido en San Sebastián, con la inestimable ayuda del guardameta francés, desacertado pero al que justifica que Militao le impidiese la visión del remate del noruego.

El gol en contra obligó al Madrid a meter una velocidad más. Fruto de ello llegaron una buena arrancada de Vinicius por banda izquierda del ataque blanco y una volea de Kroos que se fue por encima de la puerta defendida por Remiro, pero la más clara la tuvo Isak, ganando de nuevo la espalda a la zaga madridista. La Real fue mostrando su mejor versión con el paso de los minutos y la ventaja a su favor en el marcador. Buenas combinaciones entre Odegaard, Oyarzabal y Merino y el público del Bernabéu cercano a ese punto de impaciencia que da paso al runrún.

En la primera parte, Remiro respondió con toda la seguridad que le faltaría en la segunda, con una parada de mérito a disparo seco y ajustado de James, que no se puede permitir el lujo de dejar pasar las oportunidades pero lo volvió a hacer. El guardameta navarro volvió a salvar a su equipo tras la enésima demostración de velocidad de Vinicius y posterior remate de Valverde, que ya ha acreditado de sobra que no se lo piensa cuando tiene la mínima oportunidad de probar fortuna desde lejos.

Apretaba al Madrid y Ramos cabeceaba al larguero con la jugada anulada por falta, pero las dudas para el Madrid seguían localizadas en la retaguardia, más que blanda ante un rival con de sobrado talento ofensivo. Isak volvió a recibir inexplicablemente solo, pero envió arriba su remate de zurda, al igual que en una contra en la que el punta recibió un pase medido de Remiro que no pudo hacer bueno. Demasiado perdón por parte del sueco, que tuvo hasta tres ocasiones muy claras pero se fue al descanso de vacío.

Zidane recurrió a Modric y defenestró a James en busca de dotar de mayor solidez en el centro del campo a su equipo, pero la segunda parte comenzó con susto para el Madrid. Odegaard filtró un pase milimétrico e Isak halló al fin el acierto, pero en posición de fuera de juego, un extremo que determinó el VAR, decisivo en muchas decisiones claves a lo largo del partido. Otra exhibición de calidad del noruego, por si quedaba alguna duda de su valía ante la que puede ser su afición en el futuro. Era sólo un aviso antes de la tormenta perfecta que a partir de entonces se desató sobre el Bernabéu. Barrenetxea desnudó a Nacho, que reculó y reculó ante el joven talento 'txuri urdin', cuyo centro remató de escándalo Isak. El sueco se liberó tras hallar al fin el premio del gol y sin apenas tiempo para la reacción dejó helado al coliseo madridista con una volea a la red para el 0-3.

Con la misma sensación en el cuerpo que en aquella noche de infausto recuerdo frente al Ajax en Champions la temporada pasada, el Bernabéu sintió como se hacían visibles todos los problemas de un equipo que parecía haberlos enterrado en los últimos meses. Sólo el gol de Marcelo con Remiro protegiendo mal el palo corto volvió a meter en el partido a un Madrid que parecía perdido, pero fue un mero espejismo, pues Isak redondeó una segunda parte espectacular con un gran centro que hizo bueno Merino para el 1-4.

No se le puede negar al Madrid que lo intentó y no se rindió a pesar de la losa de un marcador tan adverso. Vinicius se ganó al Bernabéu, pues no dejó de intentarlo. El carioca fue capaz incluso de marcar de cabeza, un tanto anulado por el VAR por fuera de juego y que precedió al de Rodrygo, este sí autorizado desde el VOR de Las Rozas. El Madrid creyó hasta el final y rozó la hazaña, pues Nacho compensó en parte sus lagunas defensivas con un remate de cabeza para el 3-4. La Real, que había sido un vendaval por momentos, llegó con el agua al cuello al final, y contuvo el aliento con un cabezazo de Ramos que estaba ya anulado por falta clara.