Amorebieta 2-4 Celta

El Celta despierta al Amorebieta del sueño de la Copa

El Amorebieta saltó al verde con el esperado once lleno de jugadores menos habituales, lo mismo que el Celta. Pese a las dudas de Rafa Benítez sobre el terreno de juego, fue el cuadro celeste el que mejor pareció aclimatarse a una superficie banda e inestable en determinadas zonas. Los gallegos salieron dominadores y además encontraron un tempranero premio. No se había cumplido el minuto seis de juego cuando Miguel adelantaba al Celta con un zapatazo lejano y ajustado al palo ante el que nada pudo hacer Jonmi pese a su estirada.

Ese gol enfrió un poco el ambiente en un Urritxe ávido de animar a los suyos. Cualquier mínimo destello era aplaudido y jaleado. Le costó arrancar al Amorebieta, es cierto, pero poco a poco fue asentándose y empezó a inquietar la meta defendida por Iván Villar. Lo hacía sobre todo en el balón parado, con varios saques de esquina con mucha intención. Aunque la mejor ocasión llegó al cuarto de hora con un mano a mano que resolvió bien el meta del Celta, que aguantó de pie la acometida de Dorrio por la derecha.

Crecía el Amorebieta en el partido y Urritxe se venía arriba al mismo tiempo que el Celta empezaba a sufrir. El juego pragmático de los de Jandro dejó también momentos brillantes como el que condujo al tanto del empate. Taconazo de Dorrio para Rayco y el canario le sirvió un balón de oro a Jauregi en el corazón del área pequeña. Alegría desbordada dentro y fuera del rectángulo de juego. Fue solo un aviso. Apenas cuatro minutos después, fue el propio Rayco el que le dio la vuelta al marcador. Tras un saque de esquina, Quintero empaló un duro disparo desde la media luna que Villar sacó sobre la línea. El despeje corto lo cazó el extremo insular, que no perdonó.

Con el partido de cara, los de Jandro supieron manejar y gestionar los minutos para apenas pasar apuros y mantener lejos de su área la pelota, para desesperación de Rafa Benítez. Incluso pudo legar el tercer tanto vizcaíno, pero a Quintero se le quedó a medio camino el intento de vaselina sobre el portero.

La segunda mitad arrancó bajo un intenso aguacero, pero también con el Celta con un par de marchas más dispuesto a ir a por el partido. Y así fue. En un abrir y cerrar de ojos le dieron de nuevo la vuelta al marcador. A los tres de la reanudación, Jailson aprovechó un balón suelto en el área para empatar. Y en el 52', Douvikas cabeceó a placer un servicio de Miguel, de largo el más peligroso en las filas gallegas. El delantero griego pudo sentenciar muy poco después, pero su chut se estrelló en el palo izquierdo de la portería azul.

Por un momento, el encuentro se tornó loco, de ida y vuelta, con opciones para ambos contendientes. Rayco acarició el empate con un buen disparo cruzado que el meta tocó lo justo para desviar a córner. La respuesta gallega fue otro zapatazo de Miguel desde lejos que impactó en la madera y que no acabó en gol porque el balón se frenó en el barro del área chica.

A medida que el crono avanzaba, Urritxe se fue poniendo cada vez más complicado, lo que obligó a apostar por un juego más directo y rascar en la estrategia. Y ahí el Celta se mostró más contundente. A falta de un cuarto de hora, Douvikas fue el más rápido a la hora de meter el pie para cazar otro balón suelto para sentenciar la eliminatoria.

El Amorebieta, pese a todo, no bajó los brazos y peleó bajo la lluvia para buscar un gol que le permitiera soñar. Pero el sueño de la Copa se acabó esfumando.