El Bayern reclama la Bundesliga

Hay que irse acostumbrando al fútbol sin público, que es como el cine sin banda sonora. Pese a que no estaba el coro amarillo en la grada del Signal Iduna Park, el Borussia Dortmund y el Bayern Múnich protagonizaron una buena película. Vibrante, con alternativas y con emoción hasta el desenlace. Eso sí, ganó el de siempre, el Bayern, que con este triunfo aleja a su gran rival a siete puntos y se acerca, a falta de siete jornadas, a su octavo título consecutivo. Casi marcó Haaland en el primer minuto para los locales, pero lo hizo el Bayern justo cuando acababa la primer mitad con un genial lanzamiento picado de Kimmich. Ese gol bastó.

Ni gota de cerveza. En su lugar, asientos vacíos y mascarillas ocultando a los pocos asistentes al gran duelo de la Bundesliga. Antes de empezar, el Bayern era el líder, con cuatro puntos sobre el Dortmund. Podía sentenciar el campeonato. Los bávaros, además, son el mejor equipo a domicilio, aunque eso ya, sin público, no influya tanto. Y el Borussia presumía de no haber perdido aún en su estadio: diez victorias y tres empates. Ganar ayer le hubiera pegado a la estela de su rival. No pudo. Lograr esta liga parece ya inalcanzable.

El partido, encima, tenía el aliciente de ver el duelo entre Haaland y Lewandowski, dos trituradoras de porterías que pugnan por ser la Bota de Oro de esta temporada tan extraña. Antes del pitido inicial, los jugadores se subieron a la pintura del círculo central. En recuerdo de las víctimas del coronavirus, guardaron un minuto de silencio que pareció serlo aún más con el cemento del Iduna Park como único testigo.

Haaland, siempre de un lado para otro abriendo huecos, a punto estuvo de anotar a los treinta segundos. El defensa Boateng salvó al Bayern. El Borussia salió descosido. El colegiado anuló a Hazard un gol por fuera de juego en el minuto 9. El Bayern se mantuvo firme y comenzó a controlar el ritmo. Es un equipo que sabe manejar la paciencia. Llegaron las ocasiones bávaras con Gnabry y Coman. El partido, pese a disputarse en un escenario vacío, era de los buenos. Intenso. De altura.

Y en ese toma y daca iba aumentando la sensación de peligro del Bayern. Davies mandaba en su banda y fue Kimmich, con una precisa vaselina sobre la meta de Burki, el que descerrajó el marcador. El portero del Dortmund pecó de manos blandas.

El Borussia es joven. Impetuoso. Su técnico, Favre, recurrió al británico Sancho, especialista en fabricar pases de gol. Haaland acarició el empate pero su disparo rozó el brazo de Boateng y salió desviado. El árbitro no consultó al VAR y no hubo penalti. Poco después, Haaland se fue lesionado.

El Bayern se atrincheró y lanzó a Lewandowski a la contra. Una de sus balas dio en el porte. La megafonía emitió silbidos para apremiar los saques de portería de Neuer. Pero no sirvió de nada. El Bayern, con antes del virus, ganó. Todo sigue igual en esta Bundesliga sin banda sonora.