Gotzon Martín, embajador naranja
El ciclista de Orozko ingresó con 7 años en la Fundación Euskadi y hoy debuta en la Vuelta con ese maillot ausente desde 2013
Para seguir la huella del equipo Euskaltel desde su desaparición en 2013 hasta su regreso hoy a la Vuelta basta con ponerse a rueda de ... Gotzon Martín (Orozko, 25 años). «En el equipo se nota la ilusión por volver. Ha sido un trabajo enorme de Mikel (Landa), Txus (Ezkurdia), Galdós, Jorge (Azanza). Han conseguido patrocinadores y carreras, han salido adelante con la pandemia encima... Esto es la recompensa a ese trabajo», agradece el ciclista vizcaíno, moldeado desde los 7 años, desde que pisó el Aula Pedagógica de Derio, en la Fundación Euskadi.
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Allí trabajaba entonces Josu Larrazabal, actual preparador del equipo Trek y amigo de sus padres. Gotzon crecía entre bicicletas y esquís, la otra afición que cultivaba en las pistas de Candanchú. Larrazabal animó a unos cuantos chavales de Orozko a apuntarse en el Aula. Así ingresó aquel niño en la pirámide de la Fundación Euskadi presidida entonces por Miguel Madariaga. «Fuimos unos cuantos de mi cuadrilla». El primer paso. «Me fijaba en Samuel Sánchez», recuerda. Su modelo.
Tuvo ofertas para ir a varios equipos amateurs, pero sentía un compromiso con la Fundación Euskadi. Justo cuando llegó la hora de dar ese paso de juvenil a sub'23 desapareció el Euskaltel tras disputar la Vuelta a España de 2013. Parecía el final de aquel romántico proyecto. No lo fue, pero vinieron años a la deriva. Gotzon fichó por el Euskadi amateur. «No pensaba que todo se había ido al traste, sino en correr y hacerlo bien. Pero la segunda temporada, cuando ya empecé a andar bien, sí que me planteé que sin el Euskaltel iba a ser muy complicado pasar al campo profesional. Fue un tiempo de incertidumbre», recuerda. «Además -confiesa- en mi último año de amateur no hice méritos para dar el salto».
Y ahí, cuando también el Euskadi amateur se apagaba, llegó el rescate de Mikel Landa, que se puso al frente de la Fundación Euskadi y la impulsó de nuevo a la categoría profesional. «Yo ya tenía entones relación con Mikel, solíamos salir a entrenar juntos. Todo se solucionó y el equipo tiró adelante». El ciclista de Orozko pudo así continuar pedaleando hacia su sueño. Ya era profesional y en el equipo donde todo había comenzado.
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Luego, como guinda, la firma Euskaltel regresó a la formación naranja. Fue como el reinicio de la aventura truncada en 2013. Gotzon estaba ahí. Y está ahora entre los ocho elegidos por Jorge Azanza para el regreso de la formación vasca a la Vuelta. «La afronto con ilusión y respeto, no miedo. Tengo incertidumbre sobre cómo va a responder mi cuerpo. Nunca he corrido tres semanas seguidas. Vengo con ganas, aunque los que más ganas tienen son la familia y los amigos. Están más nerviosos que yo», compara.
Va a pisar terreno desconocido. Un gran ronda. «Me gustaría terminarla con fuerzas, con ganas, no deseando que termine. No llego con muchas carreras y puedo notarlo al principio, pero quiero acabarla con chispa en las etapas de Asturias», desea. Sobre su espalda y la de sus compañeros de escuadra volverá a la Vuelta el maillot naranja. «En todas las carreras se ven ya muchos aficionados con nuestro color. Y eso que hay pandemia. No sabes cómo lo agradecemos».
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