Roglic se retira de un Dauphiné al que aspiran Pinot, Landa y Quintana

Las caídas marcan el ritmo en el ciclismo. Jakobsen casi se mata en un sprint en la Vuelta a Polonia a más de 80 kilómetros por hora. Evenepoel sale volando por un puente del Giro de Lombardía y se rompe la pelvis. Kruijswijk, tercero en pasado Tour, y Buchmann, el cuarto en París, se fueron al suelo en un peligrosísimo descenso de este Dauphiné. Y ahora Roglic, líder de la ronda gala, no toma la salida por las heridas sufridas ayer en la cuarta etapa. «Cruzamos los dedos para que pueda recuperarse antes del Tour», confían en su equipo, el Jumbo. Tras el patinazo, el esloveno se subió al coche de su director, pero le convencieron para terminar la etapa. Pero una vez pasada la noche, ha decidido no seguir.

La ausencia de Roglic se suma a la de Bernal, que optó por irse a casa antes de la etapa del sábado. En su equipo, el Ineos, dijeron que era por molestias de espalda, pero luego se le vio entrenando con normalidad. Sin Bernal, que no parecía en su mejor momento, y sin Roglic, que estaba pletórico, la última etapa del Dauphiné ha comenzado con el francés Pinot de líder, con 10 segundos de ventaja sobre Guillaume Martin, 12 sobre Landa y 21 sobre Quintana.

La jornada final, con meta en el aeródromo de Megeve, tiene siete puertos, un trazado ideal para destrozar la carrera, que se ha visto cómo los dos equipos que mandaban, el Ineos y el Jumbo, han quedado hechos añicos. Poco antes de las cinco de la tarde se sabrá quién es el vencedor de esta carrera.