De oficial del ejército a ciclista del Jumbo
Fuerzas Aéreas ·
El neerlandés Bart Lemmen, que empezó a correr en bicicleta con 23 años, ha aplazado su carrera militar y ha fichado por el mejor equipo del pelotón mundialAl portugués Joaquim Agostinho, un niño pobre y sin escuela, lo mandaron con 18 años a la salvaje guerra de Mozambique. Allí mató para no ... morir y allí, en algún rato libre, aprendió a montar en bicicleta. De vuelta a casa se alistó en una carrera ciclista con una bicicleta de chica y la ganó. Tardó poco en ser profesional. Tenía fuerza de sobra y apenas técnica. Iba de caída en caída hasta que en uno de esos tropiezos se mató por culpa de un perro que había irrumpido en la carretera. Antes tuvo tiempo para ayudar a Luis Ocaña a ganar el Tour de 1973, para ser segundo tras el 'Tarangu' Fuente en la Vuelta de 1974 y para vencer en la cima del Alpe d'Huez en 1979.
El ciclismo permite una dedicación tardía. La formación técnica es importante pero no excluyente. Lo fundamental es la cilindrada del motor. Remco Evenepoel se forjó como futbolista y llegó a la selección belga antes de convertirse, en un santiamén, en campeón del mundo juvenil de ciclismo. Jason Osbourne, remero medallista olímpico en los Juegos de Tokio, fichó como ciclista profesional por el equipo Alpecin, el de Mathieu van der Poel. Michael Woods, ganador de dos etapas en la Vuelta, fue atleta de mediofondo hasta que le frenó una lesión. Y Primoz Roglic, vencedor del Giro y de tres Vueltas, era esquiador de saltos hasta los 20 años. Con 21 se dedicó al ciclismo. Con 26 ingresó en el Jumbo y en una de las primeras reuniones preguntó: «¿Qué tengo que hacer para ganar el Tour?».
Ahora, con 33 años, el esloveno sigue empeñado en conquistar la Grande Boucle -fue segundo en 2020 tras Tadej Pogacar- y por eso se va al equipo Bora y deja el Jumbo, donde hoy la gran baza para la ronda gala es Jonas Vingegaard. Mientras Roglic se viste otro maillot, en el Jumbo se estrenará en 2024 el neerlandés Bart Lemmen. Tiene 28 años y viene, como Roglic, de otro mundo. En su caso, del ejército. Era oficial de las Fuerzas Aéreas de Países Bajos. Su vocación desde niño. «Mi abuelo pertenecía a las Fuerzas Aéreas y mi hermano, también», señala en 'Velo'. Lemmen inició su formación militar con 19 años. Ascendió de forma meteórica. Con 23 años tenía a su cargo un grupo de 50 soldados, muchos mayores que él. Eso, dice, le enseñó a ser líder y humilde a la vez.
Al mismo tiempo que se desarrollaba su carrera militar crecía su afición ciclista. Su novia competía. Ella le animó a probar en carreras locales. Lemmen tenía ya 23 años cuando comenzó a entrenarse regularmente. En 2018. Tan tarde. Además, no era fácil combinar el estricto calendario laboral con la preparación física y las carreras. «Era muy estresante. Cuando tenía alguna vuelta de varios días, volvía a casa el domingo por la noche. A las seis y media de la mañana del lunes ya estaba camino del cuartel, donde me esperaba mucho trabajo acumulado. Mientras los otros ciclistas estaban recuperándose o entrenando, yo me ponía el uniforme», recuerda.
Se dedicaba a cuestiones de seguridad en una base militar. Siempre ocupado mientras sus rivales en la carretera vivían para el deporte. A veces era «frustrante», pero insistió. Se le daba bien la bicicleta. Tanto que en 2021 acabó octavo en el campeonato de contrarreloj de su país. El oro fue para Tom Dumoulin. Resultados como ese le abrieron la puerta de un equipo estadounidense de segunda división, el Human Powered Healht. De repente, el desconocido militar pedaleaba por el calendario profesional. Aunque su nueva escuadra le puso una condición: le pidieron dedicación exclusiva. El sueño infantil de Lemmen era ser soldado. Ni siquiera se había imaginado como ciclista. En ese cruce vital, cambió de rumbo. Saltó a otro sueño. Pasó a la reserva en el ejército y echó una moneda al aire en el ciclismo. Cara.
Octavo en Getxo
Pese a ser un novato, el año pasado acabó quinto en el Tour de Eslovenia, octavo en el Circuito de Getxo, cuarto en el campeonato neerlandés... Su historia, la de un militar en el pelotón, empezó a rodar. Los técnicos del Jumbo, el mejor equipo del mundo, le colocaron la lupa encima. El tal Lemmen andaba mucho pese a su escasa experiencia. Le invitaron a hacer pruebas físicas en el laboratorio. Los números les asombraron. Comprobaron que tiene motor. Contrarrelojista con resistencia en la montaña.
A los responsables del Jumbo, la escuadra que este año ha ganado el Tour (Vingegaard), el Giro (Roglic) y la Vuelta (Kuss), les gustaron dos datos obtenidos en el test de esfuerzo. Y algo más: Lemmen viene de la vida cuartelaria, donde el trabajo en equipo es básico. «Tiene un tremendo potencial», aseguran en el conjunto neerlandés que a partir de 2024 se llamará Visma-Lease a Bike. Ya no contarán con un dorsal tan seguro como el de Roglic, pero sí con un oficial de las Fuerzas Aéreas. Su nuevo piloto.
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