Isasa, el niño que soñaba en naranja
En 2012, cuando tenía 10 años, animaba a Samuel Sánchez a ganar la Itzulia, la carrera en la que debutará mañana justo una década después
El 7 de abril de 2012, Miguel Madariaga, entonces mánager del Euskaltel-Euskadi, madrugó para subir a Arantzazu. Le tiene fe a la Virgen. Ya ... había subido antes, en diciembre de 1993, para presentar la primera plantilla del equipo Euskadi. Entonces pidió un milagro: que el proyecto saliera adelante. Concedido. Pero hasta los milagros caducan y tuvo que volver en 2012 la mañana de la contrarreloj final de la Vuelta al País Vasco. Pidió de nuevo. Hubo otra vez respuesta positiva. Por la tarde, Samuel Sánchez ganó la etapa en Oñati y esa edición de la Itzulia. «Espero que esto sirva para sacar el equipo adelante», deseó el asturiano. Aquel impulso, sin embargo, no impidió que el conjunto naranja desapareciera un año después.
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Mañana, resucitado tras el rescate de Mikel Landa en 2017, el Euskaltel iniciará la segunda Itzulia de su segunda vida. Entre sus siete corredores hay uno nuevo, Xabier Isasa, que es de Urretxu, de Zumarraga. Tiene 20 años y tenía sólo diez aquel día que subieron Madariaga a Arantzazu y Samuel al podio. Era uno de los niños que, en medio de la marea naranja de aficionados, animaban al corredor de Oviedo.
La ficha
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Datos. Nació en Urretxu (Gipuzkoa) hace 20 años. Se formó como ciclista en el club de Goierri y corrió como sub'23 en el Laboral Kutxa, filial del Euskaltel-Euskadiu
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Trayectoria. Ha debutado esta temporada como profesional. Fue cuarto en la primera etapa de la Vuelta a Andalucía. Ganador del premio de la montaña en un Trofeo de Mallorca.
Ahí nació su vocación ciclista: «Mi primer recuerdo es aquella guerra entre'Purito' Rodríguez y Samuel. Empecé a ver carreras con esa generación. Iba a animarles. Los de mi cuadrilla éramos más de 'Samu' porque estaba en el Euskaltel, pero 'Purito' también me parecía un gran corredor». La historia del Euskaltel-Euskadi es así: cada camada de ciclistas siembra la ilusión en la siguiente.
La Itzulia colabora en esa cosecha sentimental y acerca el ciclismo al portal de casa. Isasa jugaba, como casi todos, al fútbol. «Luego, en verano andábamos en bicicleta, sobre todo después del Tour», rebobina el corredor guipuzcoano. La Vuelta al País Vasco suele parar en Zumarraga. «La he visto desde pequeñito. La carrera ha pasado varias veces por mi pueblo. Salíamos antes de la ikastola para verla. También iba a Arrate. Aquel ambiente era increíble», añade Isasa, que hace dos semanas supo que con apenas tres meses como profesional iba a estrenarse en la Itzulia.
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«Estaba entrenando y me llamó Jorge (Azanza, el director) desde la Volta y me preguntó si tenía ganas de ir. Le dije que sí, claro. Fue una sorpresa agradable. No lo esperaba. La Itzulia, junto a la Vuelta a España, es la carrera más importante para el equipo. Yo soy debutante y no creía que iba a ir. Para nada. Pero como he empezado bien el año... Va a ser un placer correrla», confía mientras se le escapa una sonrisa que traslada a la infancia.
A por las fugas
Pertenece a esta nueva generación de ciclistas que ha revolucionado el pelotón al ritmo de veinteañeros como Pogacar, Evenepoel, Carlos Rodríguez y Ayuso. Sin complejos. En su primera carrera de la temporada, Isasa estuvo en fuga en la Challenge de Mallorca y ganó el premio de la montaña. Repitió escapada en la Vuelta a Andalucía y peleó hasta el final por el triunfo. «Al principio me daba respeto el salto de categoría. Pero me han transmitido mucha confianza en el equipo y me han convencido de que lo puedo hacer bien», agradece.
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Formado en el club de Goierri y en el Laboral Kutxa, filial del Euskaltel-Euskadi, ha pasado por todos los escalones de la cantera del equipo naranja. La Itzulia es como un regalo para él: «Son etapas rompepiernas que creo que me van bien. El objetivo del equipo es meterse en las fugas y el mío también. Sé que todavía no tengo el nivel para estar con los mejores, así que buscaré el protagonismo con las escapadas». Hace diez años estaba al borde de la carretera jaleando a Samuel y al Euskaltel. Mañana, en la contrarreloj inicial de la ronda vasca, los ánimos serán para él, un ciclista hábil y todoterreno. «Mis mejores recuerdos son en la Itzulia y en los Pirineos del Tour viendo si ganaba alguno de los nuestros». Ya es uno de ellos.
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