Mikel Landa regresa al Giro, la carrera que divide sus picos de gloria y dolor
El ciclista alavés, podio en dos ocasiones en la 'corsa' italiana, liderará al Soudal con el objetivo de «ganar una etapa y hacer una buena general»
El 2025 apunta a ser un año importante en la carrera de Mikel Landa. El ciclista alavés acaba contrato con el Soudal en diciembre (cuando cumplirá 36 años) y no quiere hablar de futuro. Sin descartar la retirada, su deseo es ponerse a prueba y que sea la carretera la que marque su destino. De vidente ejercerán los caminos más bonitos y atractivos, los más duros y descorazonadores de todo el ciclismo. Sin saber todavía su recorrido oficial, el de Murgía vuelve al Giro de Italia, la carrera de su propio bipartidismo. Todo o nada. Gloria o dolor.
«Es la que me ayudó a hacerme un nombre como ciclista. La etapa que gané en Aprica previo paso por el Mortirolo es uno de mis mejores recuerdos», explica el alavés en la nota oficial. En el país de la bota se destapó en 2015. Puso contra las cuerdas a Alberto Contador y a su propio compañero, Fabio Aru. Tuvo que conformarse con ser tercero y dos etapas en el zurrón. Ahí nació el 'free Landa'. La libertad total no la encontraría hasta que fichó por el Bahrein en 2020, devolviendo la confianza con otro podio en 2022.
Pero el Giro es mucho más en la historia de Landa. «Me ha dado mucho dolor. Caídas, lesiones, varapalos... Siempre he ido con mucha ilusión y últimamente he vuelto hundido», reconocía en la salida de ese 2022. En la memoria, el abandono por un virus en 2016 o la dura caída ede 2017 camino al Blockhaus.Perdió sus opciones en la general cuando parecía poder rivalizar con Dumoulin y Quintana. Dominó la montaña, ganó en Piancavallo y su pico de forma le valió para quedarse luego a dos segundos del podio del Tour. Era gregario de Froome. Rabia. La tortura continuó en 2021. Después de atacar en el primer final en alto, se rompió cinco costillas. Sus gritos de dolor y desconsuelo son una de las imágenes del último lustro.
Las dos duras caídas de 2017 y 2021 echaron al traste el gran momento de forma del de Murgía cuando optaba a todo
Pero el Landismo vive. «Está más vivo que nunca», aseguran en el Soudal, aferrados al alavés tras la baja de Evenepoel en este inicio de temporada. «Haré todo lo que pueda para conseguir una victoria de etapa y un buen puesto en la general», anuncia Landa. Sabe que «habrá rivales de mucha calidad». Estará Rogliç, acompañado por Daniel Martinez (2º en 2024) y Jai Hindley (1º en 2022). Ayuso, Adam Yates,Pello Bilbao y Gaudu también han confirmado su presencia. La duda es Vingegaard, que iría junto a Simon Yates. Pero si de algo no peca el de Murgía es de falta de ambición. Vuelve a donde fue feliz. 8 de las 16 victorias que tiene en su palmarés (no gana una etapa desde 2019 y una general desde 2021) las ha conseguido en Italia.
Sacrificaría la Itzulia
Su calendario rezuma a limoncello. Debutará en la Strade Bianche (sábado 8 de marzo), participará en la Tirreno-Adriático (10 a 16 de marzo) y la Volta a Catalunya (24 a 30 de marzo). Al igual que en 2022, sus ambiciones transalpinas le fuerza a sacrificar la Itzulia. El Giro saldrá de Albania, con tres etapas y desvelará el resto de su recorrido el lunes. Se espera una etapa con caminos de tierra similar a la Strade Bianche, no mucha contrarreloj y puertos de entidad como el Mortirolo, el Grappa, la Colle delle Finestre y dos etapas reinas (16 y 19) que superarán los 4.500 metros de desnivel. Todo o nada entre los Dolomintas y el Valle de Aosta.