Fallece el ciclista neerlandés Westra con 40 años tras luchar contra la depresión
Apodado la 'Bestia', ayudó a Nibali a ganar el Tour en 2014 y tiene triunfos en la París-Niza, la Volta y el Dauphiné
El neerlandés Lieuwe Westra era un tipo duro, capaz de ganar en la cima de Mende, en la París-Niza, y también en el vértigo de carreras como los Tres Días de la Panne. Le apodaban la 'Bestia'. A esa cara de hombre fuerte le acompañaba su particular cruz, hecha de alcohol, dopaje y depresión, con la que ha cargado hasta su fallecimiento el sábado con apenas 40 años. «Luchó consigo mismo en los últimos años y perdió», escribió ayer Thomas Sijtsma, el autor de la biografía del corredor, titulada: 'El Monstruo. La vida ciclista'.
El cadáver fue encontrado en el despacho de su empresa, en Enkhuizen, en el norte de Países Bajos. «Antes de que surjan las historias de fantasmas: Lieuwe lo pasó muy mal en los últimos meses, pero hasta donde se sabe, no se trata de un suicidio», declaró Sijtsma. Con problemas de salud mental, Westra dejó el ciclismo a finales de 2016. La depresión le persiguió en su nueva vida lejos del deporte.
Fue un ciclista profesional tardío porque, como él recordaba, de joven sólo quería tener «una vida normal y algo de fiesta». Antes había trabajado como peón de obra y llegó a pesar más de 90 kilos. Le reclutó el equipo Vacansoleil y, ya con 68 kilos, se convirtió en un corredor que valía para todo, también para ayudar a Vincenzo Nibali a ganar el Tour de 2014 cuando coincidieron en el equipo Astana.
En su palmarés figuran triunfos en el Tour de Picardía, la Volta a Cataluña, la Vuelta a Dinamarca y el Dauphiné Libéré, donde se impuso en la subida a la presa de Finhaut-Emosson, con el Mont Blanc al fondo. Acabó octavo el Mundial de contrarreloj de 2011 y en dos ocasiones fue campeón neerlandés de 'crono'.
El adiós al ciclismo profesional fue repentino. No quiso seguir en activo en 2017. «Tomó la decisión por motivos personales, después de sufrir aquel otoño un episodio de depresión, debido sobre todo a un fracaso sentimental», señaló la agencia nacional neerlandesa ANP.
En su biografía, publicada en 2018, reconoció haber utilizado cortisona, una sustancia prohibida por el reglamento antidopaje. «Me la inyecté para ir más rápido, para ganar premios y recibir elogios. Hice que me consiguieran certificados médicos con el pretexto de una lesión inexistente, como una inflamación de rodilla. No sientes dolor en carrera, puedes ir más allá en el esfuerzo. Te da euforia. ¿Por qué usas tramadol o un inhalador si no tienes asma? Pues para ir más rápido, porque está permitido y porque si no lo hago yo, lo hará otro». Westra se suma a la lista de deportistas de élite abatidos por la depresión.