Elosegui madura en el Giro sub'23 antes de ir al Movistar
El vizcaíno, campeón de España amateur y 16º en la ronda italiana, cruza «fronteras inexploradas en el sufrimiento» en puertos como el Mortirolo y la Marmolada
No hay viaje largo sin tormenta. El Giro de Italia sub'23 es la gran aventura de los aspirantes a ciclistas profesionales. Como su examen ... de selectividad. El vizcaíno Iñigo Elosegui es campeón de España, vencedor en el Memorial Valenciaga y erá pronto un dorsal de élite en el Movistar. El Giro que terminó el domingo en la cima de la Marmolada le ha torturado. «He llegado en el sufrimiento a cotas inexploradas», asegura mientras regresa a casa en coche. Casi 1.600 kilómetros desde los Dolomitas hasta Zierbena tras diez días de carrera. Rozó el triunfo en una de las primeras etapas y ha terminado en el puesto 16 de la clasificación general.
Viajó a la ronda italiana a ganarla, pero se ha topado con una camada de escaladores colombianos «estratosféricos». Le queda esa pena y vuelve con un premio: «He visto cómo reaccionan mi cuerpo y mi cabeza en una carrera tan larga. He aprendido a darle la vuelta a los malos momentos, a mantener la concentración, a no venirme abajo».
Y eso, como reflexiona, «es oro para el futuro». El Giro pone el listón muy arriba, en las cimas de mitos como el Mortirolo o la Marmolada. Palabras mayores. «Mi objetivo era estar en el top-10 y vuelvo con un sabor agridulce, pero contento por haber sabido mantener la regularidad tantos días. He superado momentos muy complicados sin estar al cien por cien de forma física». Su voluntad ha llegado a donde el músculo no alcanzaba. Buena lección. En su próximo equipo, el Movistar, creció a fuego lento Miguel Induráin. El navarro cató primero el Tour como gregario de Pedro Delgado. Comprobó que una prueba de largo aliento está llena de altos y bajos. Y aprendió que la clave de las victorias reside en sobrevivir a los malos momentos. Que los rivales no los detecten.
Elosegui es alumno de esa escuela. Luce el maillot del Lizarte, la cantera del Movistar donde se han pulido antes Marc Soler y Richard Carapaz, último ganador del Giro. El ciclista de Zierbena ya tiene en su currículo el paso por las grandes cimas de Italia. «En una etapa se subía dos veces el Mortirolo. En la primera estuve delante. Me vi bien. Pero en el descenso tomé mal una de esas curvas al 15% y empecé a bajar cruzado. Perdí terreno y eso me penalizó en la segunda ascensión. De esos errores se aprende», cuenta. «Me gustó el Mortirolo. Y el Passo Maniva. Y la Marmolada, que tiene al final esos tres kilómetros en recta al 12% de desnivel en los que todos nos íbamos viendo separados por unos metros dando chepazos. Fue una imagen de puro ciclismo», recuerda. «He vivido escenas emocionantes».
Con 21 años, es pura pasión ciclista. Lector ávido de la historia de este deporte, dio su primer paseo en bicicleta con su abuelo, José Antonio Momeñe, cuarto en el Tour de Francia de 1966. Pisa esa profunda huella. Es alto, fino. Perfil de ciclista moderno. Vale para la contrarreloj y tiene vocación de escalador. «Soy todoterreno. Creo que me van las carreras por etapas», confía. En el Giro sub'23 ha visto que no hay un metro de tregua. «Se ha ido siempre a tope. No conocíamos a los colombianos. Ponían un ritmo increíble hasta en los repechos», apunta. Y cita un ejemplo: el vencedor en la Marmolada, Einer Rubio, completó los últimos cinco kilómetros del coloso de piedra en el mismo tiempo que el profesional Doménico Pozzovivo cuando ganó allí en el Giro de Italia. «Ahora ya sé lo que me espera en la élite».
A defender su título
A su edad, los colombianos como el ganador de este Giro 'baby', Camilo Ardila, están más hechos. Aquí la maduración es más lenta. Elosegui está en construcción. De piso en piso hasta colocar el techo lo más arriba posible. Este fin de semana defenderá su título en el Campeonato de España, que se celebra en Murcia. «Será complicado. Vamos a llegar cansados, pero con un ritmo tremendo por 'culpa' del Giro. Si algunos de nosotros gana el oro, se lo agradeceremos a los colombianos», bromea. Al final de esta temporada le espera su ingreso en el Movistar, la piel de Arroyo, Delgado, Induráin...
«Estoy con mucha ilusión y ganas de que llegue ese momento. Sin ninguna presión, más que la que yo mismo me impongo. Quiero demostrar que tengo nivel para estar arriba. Sé que cuando dé el salto el contador se pondrá a cero, que no valdrá lo que he hecho antes. Pero sí contarán experiencias como la de este Giro. Sirven para crecer», concluye Elosegui, estudiante de Administración de Empresas que domina el inglés y se ha atrevido con el alemán y el chino. No deja de traspasar fronteras en este largo viaje entre tormentas que enseñan a navegar hacia la cúpula del ciclismo mundial.
La ficha
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Datos Iñigo Elosegui Momeñe, 21 años. De Zierbena y nieto de José Antonio Momeñe, cuarto en el Tour de 1966.
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Equipos Formado en el Autonervión-Trapagaran. Pasó por la Fundación Euskadi, ahora corre en el Lizarte y tiene ya un acuerdo para fichar por el Movistar.
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Palmarés Campeón de España sub'23. Memorial Valenciaga. Campeón de España contrarreloj cadete y bronce juvenil.
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