El alavés Oier Lazkano pelea por el triunfo en la clásica World Tour A Través de Flandes
Laporte se impone en solitario tras la exhibición del vitoriano, escapado de salida, cazado a siete de meta y segundo por delante de los mejores del pelotón
Oier Lazkano ya ha llegado a la élite del ciclismo mundial. El año pasado se presentó con su victoria en el Tour de Wallonie. Ayer, ... también en Bélgica, en la región que rivaliza con el País Vasco por ser la más apasionada por la bicicleta, se fajó con los mejores clasicómanos del pelotón. Solo faltaron Van der Poel y Van Aert, que se reservaron para el Tour de Flandes del domingo. Al resto, les dejó sin aliento. Sólo un Laporte imperial pudo batirle en el tramo final tras más de 150 kilómetros de escapada.
Dwars door Vlaanderen
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1º Christophe Laporte
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2º Oier Lazkano, a 15 seg
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3º Neilson Powless
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4º Jasper Philipsen
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5º Mads Pedersen
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6º Arnaud De Lie
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7º Davide Ballerini
El ciclista alavés ilusionó al Movistar con lograr la primera victoria de la estructura en una clásica de pavés. El vitoriano fue el protagonista indiscutible de la Dwars van Vlaanderen, el último ensayo antes del segundo monumento de la temporada. Escapado de salida, fue el más fuerte de una fuga que sostuvo hasta que quedaban siete kilómetros para la meta. Una vez capturado, logró aguantar el ritmo del grupo de favoritos. Se tomó un respiro a cola, con cara de sufrimiento y la boca abierta. Cogió aire y aprovechó el momento de duda tras el ataque definitivo de Laporte para escaparse con Powless. «Ahí lo dejé todo», declaró en la llegada. Pero aún le quedaron fuerzas para batirle en la recta de meta, con el pelotón en el cogote, y firmar su primer podium en una carrera World Tour. «Es muy especial y algo para recordar en una carrera de las que he visto por televisión».
Apisonadora sobre adoquines
El Movistar se guardó sus mejores bazas –Cortina y Jorgenson– para el domingo y dio libertad al alavés, que se rodeó de ocho compañeros en la fuga del día. «En estas carreras hay que entrar en la escapada, ya que muchas veces no gastas tanto como si fueras en el pelotón, donde siempre hay látigos». Un veterano de 23 años. Había varios equipos con doble representación a los que el vitoriano tumbó sus planes a golpe de fuerza. Nacido en tierra de escaladores, fue una apisonadora en los tramos de adoquines y apretó los dientes en cada cota. Fue el que más remó por aguantar la ventaja y solo Alexandre Kristoff, todo un ganador del Tour de Flandes y de la Milán San Remo, logró seguirle la rueda. Absorbido, emergió para cerrar los cortes en los deslavazados kilómetros finales. «Íbamos todos fundidos», analizó.
Sonriente, derrochó humildad cuando el periodista le definía como la nueva sensación española en el pavés. «También está Cortina», recordó. Desde sus primeras carreras en el calendario vasco, Lazkano demostró poseer un motor único. Lo dejó claro en 2020 en la Volta a Portugal, cuando estrenó su casillero de victorias tras una larga escapada en solitario de 56 kilómetros.
El año pasado debutó en el Giro y ganó una etapa en Valonia, también después de estar en la fuga todo el día. En 2023, el alavés da un paso adelante más en las clásicas para las que la estructura de Eusebio Unzué le atisbó un potencial singular con una exhibición de lectura de carrera, capacidad de sufrimiento y buenas piernas.En Waregem se adelantó en Philipsen, ganador de dos etapas en el Tour, y Pedersen, campeón del mundo en 2019. El domingo se estrenará en el Tour de Flandes y el siguiente volverá a la París Roubaix, su gran sueño. «Trataré de volver a fugarme».
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