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El Araberri pudieron llevarse la victoria ante un millar de aficionados en Mendizorroza. Hugo Madariaga
Leb Oro

El Sáenz Horeca se lleva la cruz en un partido que tuvo en su mano

Los vitorianos tuvieron hasta cuatro ataques para llevarse la victoria ante un Manresa que tuvo paciencia tras ir perdiendo por 13 puntos

Olga Jiménez

Domingo, 22 de octubre 2017

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El sabor agridulce se reflejaba en la cara de los jugadores de Araberri. El derroche de energía y talento mostrado en cancha pudo costarle caro a un Manresa experimentado y veterano que se vio desbordado durante 20 minutos por el acierto y descaro del equipo alavés. Con una parte para cada equipo y un final de infarto, la balanza se decantó del lado catalán, aunque bien pudo ser todo lo contrario si cualquiera de los cuatro ataques de los que dispuso la escuadra de Antonio Pérez hubiese logrado el objetivo. Un segundo puede cambiar todo, ya lo explicaba Woody Allen en su obra maestra Match Point, y un poco de eso sucedió ayer en un animado pabellón Mendizorroza, con 1.000 personas entregadas al juego de un equipo que engancha por su alegría y velocidad, rapidez en la ejecución, generosidad en el robo y desgaste en la defensa, aunque el rebote ofensivo (un total de 15) ayer fuera uno de los detalles de por qué Manresa se metió en partido tras ir perdiendo por 13 puntos en la primera parte.

Sáenz Horeca Araberri

Wintering 19, Dee 12, Mitrovic 2, Uclés 4, Araujo 4 –quinteto inicial Edwards 17, Lorenzo 1, Cizmic 6, Mitola, Pechacek 5

70

-

71

ICL Manresa

Hamilton 8, Trías 12, Lundberg 12, Costa 9, Muñoz 7 – quinteto inicial Mugica 2, Jou 3, Sakho 9, Allen 7, Gintvainis 2

  • Parciales 23-17, 20-17, 12-20 y 15-17

  • Árbitros Francisco José Zafra y Cristian García

  • Asistencia Más de 1.000 personas en el pabellón Mendizorroza

Con la magia del anotador compulsivo, casos de Wintering (19 puntos) y Dee (12 puntos) , tres triples consecutivos de los tres americanos colocaron en un minuto un 17-8 en el marcador para asombro del cuadro manresano, incapaz de igualar ese acierto exterior. La alternativa interior de Hamilton y sobre todo, un gran Trías, el mejor de su equipo con 12 puntos y 9 rebotes, fue oxígeno puro para seguir en partido a duras penas. Manresa boqueaba ante la explosión de energía de los locales, pero el rebote ofensivo y los 11 tiros libres convertidos suponían sus mejores armas. Pérez Caínzos, con toda su plantilla al completo, tuvo rotaciones para probar nuevas cosas y con el debut de Pechacek, encontró más equilibrio en el juego interior. Con su presencia en pista, la máxima ventaja de 13 puntos (38-25) auguraba otra victoria de prestigio para este imberbe Sáenz Horeca que manejaba porcentajes del 50% en tiros de campo.

Había que esperar que el máximo favorito a regresar a la ACB, recondujera la situación y bien que lo hizo desde un trabajo defensivo más serio con una zona press que colapsó los ataques vitorianos. Sin ritmo y en estático, los vitorianos perdieron frescura. La primera canasta tras el descanso costó 4 minutos, gracias al juego siempre inteligente de Uclés y la aportación de un motivado Edwards. Con 51-43, el choque sufrió un vuelco, con un parcial 2-11 gracias a los triples visitantes de Costa y Allen y a la pericia de Trías para estar siempre en las segundas jugadas rebañando valiosos rechaces ofensivos. Otro triple de Muñoz daba una ventaja de cuatro puntos a los catalanes, la máxima renta que manejaron (59-63).

Con Lundberg y Sakho peligrosos en penetración y canastas bajo el aro, las soluciones de Araberri venían de la mano de Wintering y el empuje de un entonado Edwards (17 puntos) para igualar la contienda (63-63). Pérez Caínzos optó por un desacertado Mitrovic en cancha en los minutos de la verdad en detrimento del bombardero Dee y una defensa en zona buscando el error del rival. La batalla final no tuvo premio, a pesar de cuatro ataques donde la toma de decisiones no fue correcta (70-71). Faltó poso y experiencia en finales apretados. De eso anda sobrado Manresa, que se marchó a casa con la sensación de llevarse un valioso regalo bajo el brazo. Araberri cayó en Mendizorroza, pero con todos los honores y un nivel excelso de competitividad y buen baloncesto por momentos. Ese es el camino.

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