Un mal día

El segundo período no cambió de cara. Los relevos letones son peores. Nuestra superioridad física les forzaba a cometer faltas. El juego se hacía muy europeo, con posesiones largas y ritmo lento. Se dio una circunstancia que marcó el partido: Juan Núñez cometió algún error propio de su edad y Scariolo prescindió de él. Sin el madrileño enchufado, al equipo le faltó talento creador. Alberto Díaz trabaja defensivamente, pero lo deja sin energía para dirigir al grupo. Brizuela no es solido defensor. Aldama frío, sin sitio. Mala señal. El entrenador se puso demasiado tiempo en manos de Llull y Rudy. Juancho Hernangómez aparece y desaparece, no pone el balón en el suelo para generar, solo quedan sus finalizaciones. Tiene que jugar su escudero, el honesto Claver, que cumple pero no anota.

Ya es tercer cuarto. Por unos momentos aparece el baloncesto español. Dura poco. Aun ganando de 11 al comenzar el ultimo período, al grupo no le llegaba ni un gramo de confianza. Como el equipo está sin puntos, Scariolo, que maneja bien la mediocridad colectiva, tira de Brizuela. El donostiarra es un comilón, lo quiere todo, pide la bola y mete al equipo en el partido. A esta hora la pareja de veteranos esta en pista, ¡qué mal lo tiene que estar viendo el entrenador! Abrines da unos minutos para defender. Todo se emborrona. Los letones sin grandes aspavientos anotan dos triples de oro y el desiderátum. Con balón para empatar, Brizuela se juega un tiro de dos, y ahí se acabó la cosa.

A posteriori, todos tenemos soluciones. La mía hubiera sido poner en el campo a Núñez hasta que hubiera enderezado su marcha. Sin él, los nuestros son un grupo de currantes, tal como decía Scariolo en la previa. Y llega la 'caballería montada', mucho físico, poca especulación y a la guerra. Solo mantiene mi ilusión el historial de 'La Familia'. Muchas veces han salido airosos de situaciones tan difíciles como la mañana.