«He intentado siempre ser el mejor compañero posible para todos»
Tras 45 años el vitoriano pone punto y final a su trayectoria como colegiado en los que ha participado en seis Juegos Paralímpicos
Pablo Sanz
Domingo, 29 de junio 2025, 00:58
Juan Manuel Uruñuela (Vitoria, 1967) es una de esas figuras del baloncesto que, pese a su excelsa labor sobre el parqué, apenas es recordado a ... nivel mundial. Su andadura como colegiado comenzó a los 13 años cuando se apuntó junto a un amigo a un cursillo de arbitraje. Poco a poco el alavés fue cogiendo el gustillo y progresando hasta ser considerado uno de los mejores árbitros del mundo en baloncesto en silla. El alavés ha tomado parte en los Juegos Paralímpicos de Barcelona 1992, Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020.
– ¿Qué es lo que más va a echar de menos del arbitraje?
– Salir del túnel de vestuarios, embocar hacia la cancha y sentir ese punto de adrenalina. También poner mi música antes de los partidos. Dependiendo cómo me encontrase podía poner Coldplay, Pink Floyd o incluso la tabla del tres de Miliki. Cuando mi hija estaba aprendiendo a multiplicar la ponía para vacilar (risas).
– ¿Va a seguir ligado al mundo del arbitraje?
– Soy tutor de un grupo de jóvenes a nivel nacional e instructor, supervisor y examinador a nivel mundial desde hace 20 años. Hace poco estuve dando una charla en Rumania y quieren que de otra en Bulgaria. Voy a seguir transmitiendo mi experiencia fuera de la cancha.
–¿Qué le atrajo del baloncesto en silla para que se enfocase más que en el convencional?
– He estado 45 temporadas de las cuales 40 han sido en silla. Me metí en este último por mi tío Fonso, que falleció hace tres años y tenía una discapacidad intelectual. Este mundillo para mí es importante. Hubo un partido de baloncesto en silla que nadie quería arbitrar y decidí hacerlo. No me enteré de nada de lo que hacía y me felicitaron. Eso me molestó y empecé a aprender sobre ello.
«Ponía una canción de Miliki antes de los partidos cuando mi hija aprendió a multiplicar»
– Ha estado en seis Juegos Paralímpicos. Si solo se pudiera quedar con unos. ¿Con cuál sería?
– Los de Barcelona en 1992. Cuando con 25 años te ves en un evento así y vives todo ese boom en primera persona es algo indescriptible. Aunque después de ser internacional estuve un tiempo que me dediqué al baloncesto de a pie veía que mi carrera progresaba rápidamente. Cada vez que escucho la canción de 'Barcelona' de Freddie Mercury y Montserrat Caballé se me pone la piel de gallina. Además, fui con la que actualmente es mi mujer y pudo disfrutar de la Villa Olímpica conmigo. Cuando tocas la gloria es genial y no quieres soltarla. Fue algo espectacular.
– ¿Cuál es el partido más emocionante que recuerda a nivel internacional?
– El último. Cuando arbitré en Tokio como colegiado principal la final masculina entre Estados Unidos y Japón y sabía que no iba a volver a lanzar el balón al aire se me juntaron muchos sentimientos y recuerdos. Pero hay que hacerse a un lado y dejar espacio para los demás.
– ¿Hay alguna anécdota que guarde con cariño de experiencias internacionales?
– En cada viaje que he hecho he generado alguna. Me gustó mucho encontrarme en los Juegos Olímpicos de Atenas con el que fuese presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) Juan Antonio Samaranch cuando subía a la Acrópolis. Para mí tocarle allí en esas Olimpiadas me parecía algo inalcanzable.
«A nivel nacional siempre lo he visto alto. Tenemos una de las mejores ligas que hay en Europa»
– ¿Cómo ve el nivel de arbitraje actual?
– A nivel nacional siempre lo he visto alto y creo que va acorde a las ligas. Tenemos una de las mejores que hay ahora mismo en Europa y el arbitraje va acorde a ello. Es extraño una gran competición con un arbitraje pobre y viceversa. Creo que los dos van de la mano
– ¿Qué es lo peor que le han dicho sobre la cancha?
– En 45 temporadas mi madre solo me ha visto arbitrar dos veces. Una de esas ocasiones fue en el Europa y también estaba una de mis primas. Estábamos simplemente calentando y me empezaron a llamar 'hijo de puta'. Me parece terrible y no es justificable. Mi madre se tuvo que ir.
– ¿Cómo le gustaría que le recordaran?
– Como un buen compañero. He intentado siempre ser el mejor posible para todos.
«En los Juegos de París mi mujer y mi hija eran como celebridades»
Uruñuela es considerado como uno de los mejores árbitros de baloncesto en silla. Tras su retirada del ámbito internacional, el vitoriano acudió junto a su mujer y su hija a los últimos Juegos Olímpicos de París en los que recibió de primera mano todo el respeto y cariño de los presentes. «Vinieron todos a saludarlas no por mi currículum deportivo, sino por lo que les he trasladado y vivido con ellos. Mi mujer y mi hija eran como celebridades», señala entre risas pese a que «me resultó duro acudir a unas Olimpiadas y no participar». Tanto fue así que incluso altos cargos como la portuguesa Regina Costa, presidenta a nivel mundial de clasificadores de discapacidad, se acercaron al palco VIP en el que se encontraban para agradecerle su labor. «Mientras se jugaban los partidos no se podía estar de pie y se sentó en el suelo hasta que en un tiempo muerto pudo venir a saludarnos y abrazarnos. ¿Qué más puedo pedir?», relata.
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