Mujeres deportistas, un filón para el cine
Numerosas películas recuerdan que ellas también están preparadas para afrontar desafíos hipotéticamente masculinos
El séptimo arte suele ser extremo cuando el tema central de una película está relacionado con alguna disciplina deportiva. Los guiones tienen tendencia a ... huir del término medio y describen casi siempre historias de superación personal o el descenso a los infiernos de alguien que ha alcanzado la cúspide y después lo tira todo por la borda porque no sabe gestionar bien el éxito o la retirada. Son experiencias vitales intensas que convierten el sacrificio en algo cotidiano y que necesitan sostenerse en bandas sonoras muy reconocibles que ensalcen los momentos de agonía y de gloria. Los protagonistas de estos filmes siempre tienen a su lado a un entrenador o preparador físico que les cambia su concepto del mundo que les rodea y que se convierten en la –en ocasiones muy dura– voz de su conciencia y en sus mejores e inseparables consejeros.
Hasta aquí prácticamente no hay diferencia alguna entre las cintas que tienen a un hombre o una mujer –o equipos de diferentes sexos si es que el deporte es colectivo– como sus principales motores. Partiendo de la base de que el séptimo arte ha tocado prácticamente todas las modalidades deportivas y desde prismas muy diversos, la cultura del esfuerzo es un argumento común e insistente. Quizás lo que diferencia a unas películas de otras es el afán de los guionistas y directores de cintas que tienen a mujeres como protagonistas en remarcar que pueden alcanzar las mismas metas que los hombres si se lo proponen. Como si fuera necesario recordar –y aquí es donde se equivocan en su intento de subrayar la necesidad de la igualdad– que ellas también pueden hacer lo que hacen ellos. Que también están preparadas para afrontar desafíos hipotéticamente masculinos. Evidentemente no ocurre en todos los casos y las historias se han adaptado a los nuevos tiempos.
Son numerosas las historias deportivas llevadas a la gran pantalla que tienen a mujeres como protagonistas -incontables se se incluyen también los filmes para televisión-, pero hay algunas que por su calidad o por los valores que transmiten sobresalen sobre el resto. Estos son algunos ejemplos.
'Million dollar baby'. 2004. Boxeo, segundas oportunidades y creer en lo que haces como única opción. En el papel de Maggie, la actriz Hilary Swank es dinamita en esta obra maestra sobre la fe, la redención y el boxeo. Permaneciendo en plena forma cuando la mayoría de sus contemporáneos han colgado los guantes hace tiempo, Clint Eastwood repartió en 2004, cuando se estrenó esta película, un derechazo contundente. Recordemos. Después de haber entrenado y representado a los mejores púgiles, Frankie Dunn (Clint Eastwood) regenta un gimnasio con la ayuda de Scrap (Morgan Freeman), un exboxeador que es además su único amigo. Frankie es un hombre solitario y adusto que se refugia desde hace años en la religión buscando una redención que no llega. Un día, entra en su gimnasio Maggie Fitzgerald (Hilary Swank), una voluntariosa chica que quiere boxear y que está dispuesta a luchar denodadamente para conseguirlo. Pero lo que más desea y necesita es que alguien crea en ella. Frankie la rechaza alegando que él no entrena chicas y que, además, es demasiado mayor. Pero Maggie no se rinde y se machaca cada día en el gimnasio, con el único apoyo de Scrap. Finalmente, convencido de la inquebrantable determinación de Maggie, Frankie decide entrenarla. Una de las pelis de deporte con mejor mensaje: dura, inspiradora, y espectacular. Boxeo, segundas oportunidades y creer en lo que haces como única opción. Una joya del cine que va mucho más allá de los golpes que recibe la protagonista en el cuadrilátero. Son otro tipo de golpes, los de la vida, los que acaban por imponerse en el film, que ganó cuatro Oscars entre ellos, al de mejor actriz. [autor]
'Quiero ser como Beckham'. 2002. El género y sus exigencias socioculturales. El contexto de la película es la Inglaterra urbana contemporánea. Todos los personajes viven en Londres, siendo los protagonistas una familia acomodada de inmigrantes indios. Aunque en tono de comedia, la directora aborda cuestiones de gran calado en las sociedades occidentales en general y para la británica en particular. Así, por ejemplo, entran en juego asuntos como la construcción de la identidad nacional e individual, el hibridismo cultural, la integración, los fenómenos de exclusión y autoexclusión de minorías, etc. A través de los conflictos articulados alrededor de variables de diferencia como la etnia, la religión, el género, la raza o la opción sexual, la película hace una crítica a los estereotipos aún vigentes en el siglo XXI y a la discriminación de cualquier tipo. Veamos la historia: Jesminder es una joven de dieciocho años que vive en Londres. Su familia es de origen indio y desea educarla para que cumpla con los roles tradicionales de una mujer en su cultura. Sin embargo, a Jess le interesa más el fútbol que convertirse en una buena esposa, y para poder practicar este deporte se ve obligada a esconderse y a mentir. Gracias a una amiga inglesa blanca, Jules, conseguirá unirse a un equipo femenino y se le abrirá todo un mundo de oportunidades que chocará con las tradiciones de sus ancestros y la enfrentará a quienes más quiere.
'Yo, Tonya'. 2017. La competitividad extrema, las mujeres también cometen errores. 'Yo, Tonya' es una de esas películas que dignifica y eleva el cine basado en hechos reales. El retrato de una atleta extraordinaria que también tomó malas decisiones resulta valioso, pues contrasta con la representación generalizada en el cine: la de mujeres ideales, ejemplares, que nunca cometieron errores. Década de 1990. Tonya Harding es una prometedora patinadora sobre hielo estadounidense, una joven de clase obrera, siempre bajo la sombra de su implacable e insensible madre, pero con un talento innato. En 1994, su principal rival para los Juegos Olímpicos de Invierno es su compatriota Nancy Kerrigan, a la que, poco antes de los Juegos, un matón a sueldo le golpea en la rodilla con una barra de hierro. Las sospechas recayeron en el entorno de Tonya, lo que supuso el comienzo del fin de su carrera. Con una buena dosis de humor negro, esta película narra una historia de competitividad extrema que deja ver, cómica y dramáticamente, el lado oscuro de las ansias de una mujer por superar a sus semejantes.
'Soul surfer' (alma de surfista). 2011. Una historia de superación. No es ninguna obra maestra, más bien es la típica película americana de familia muy unida que podríamos encontrar un sábado por la tarde en televisión, pero lo bueno es que pone de protagonista una historia de superación que realiza una mujer, algo por desgracia aún no tan común. La película cuenta la historia de Bethany Hamilton, la surfista hawaiana que tras ser atacada por un tiburón y perder un brazo a la edad de 13 años siguió luchando por esta pasión haciéndose un nombre en este deporte y ganando competiciones. La determinación y la fe de Bethany son admirables. Convencional, aunque solvente, filmada muy limpiamente y sin retórica efectista.
'Perfect body', 1997. Trastornos alimentarios en deportistas de élite. La película cuenta la historia de una gimnasta, Andie Bradley, que sueña con competir en las Olimpiadas. Este objetivo le supone un gran sacrificio a nivel personal y físico que acaba desencadenando en un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA). Antes de padecer un TCA, Andie ya presenta algunas actitudes que hacen pensar que está insatisfecha con su cuerpo, como cuando se mira al espejo repetidamente o le pregunta a su novio si está gorda. Hay varias escenas significativas donde se ven varios de los síntomas: una en la que Andy se come un bollo de forma compulsiva; otra en la que sufre un cansancio extremo después de llevar su cuerpo al límite; cuando se aprieta el cinturón por la pérdida de peso que está sufriendo; cuando se obsesiona con las calorías de los alimentos; se le cae el cabello; se esconde y tira a la basura la comida para engañar a su madre... No es una maravilla de película, pero es inmejorable para la enseñanza y aprendizaje de estos desórdenes alimentarios en adolescentes gimnastas.
'Alma salvaje'. Montañismo. Una travesía en busca de redención. Basada en la autobiografía de Cheryl Strayed (Reese Witherspoon), cuenta el viaje de 1.800 kilómetros que decidió hacer esta mujer a pie y sola para encontrarse a si misma. Durante el periplo se tendrá que enfrentar a duras condiciones y situaciones pero lo más duro será hurgar en su pasado que poco a poco irá superando al igual que superará el camino. En suma, una historia real de lucha y superación personal, una aventura física pero, sobre todo, un viaje espiritual. Muchos se acordarán de 'Hacia rutas salvajes' ('Into the wild', Sean Penn, 2007), que es prácticamente la misma historia, también real, pero con personaje masculino. Los críticos, las cosas como son, hablaron, respecto a 'Wild', de «cierta corrección en la puesta en escena sin abusar de efectismos», de «film que aburre demasiado en su esquema de caminante» y de una película que «desaprovechó muchas de las posibilidades del relato». Pero es un buen ejemplo de un viaje de autodescubrimiento (más bien una huida disfrazada de ello) y cura por traumas pasados con un mensaje fácil, quién algo quiere algo le cuesta. «Para mí supuso una enorme aventura física recorrer el PCT durante 94 días, pero también tuvo mucho de viaje espiritual. Enfilé el sendero al igual que muchas personas se adentran en territorio salvaje; en un momento en que me sentía perdida y desesperada, cuando me hallaba en un punto desde el que no sabía cómo avanzar. De muchas formas, el sendero me enseñó literal y sencillamente a volver a poner un pie delante del otro», confiesa la propia Cheryl Stratyed, que publicó su libro autobiográfico, 'Wild' (salvaje), en 2012 y que, automáticamente, se convirtió en uno de los más vendidos.
[autor]
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