La patinadora que reina en el ciclismo
Hasta 2018, el sueño de la neerlandesa Vollering era brillar sobre el hielo y ahora ha ganado el Tour, que ha tenido una buena audiencia televisiva
Hasta 2018, la neerlandesa Demi Vollering era patinadora sobre hielo. El pasado domingo, con 26 años, ganó el Tour de Francia tras su exhibición el ... sábado bajo la niebla del Tourmalet. Los focos de los coches que iban tras ella alumbraron a la nueva reina del ciclismo femenino. Las pantallas vieron cómo subía casi a oscuras rodeada de un vapor amarillo. Esa tarde cerró la era de su compatriota Annemiek van Vleuten, rendida ante la juventud de su sucesora. Vollering, que en primavera engarzó en su gargantilla las tres perlas de las Ardenas (Amstel Gold Race, Flecha Valona y Lieja-Bastogne-Lieja), ya ocupa su lugar en la historia. Es su tiempo. Como hasta ahora lo ha sido de Van Vleuten y antes de Anna van der Breggen, Marianne Vos, Jeannie Longo, la vizcaína Joane Somarriba, Leotien van Moorsel, Fabiana Luperini, Edita Pucinskaite y Maria Canins.
A Vollering sólo se le ha escapado este año la Vuelta a España. Y fue por un despiste. Paró a miccionar en un mal momento durante la jornada que atravesaba Cantabria. El Movistar, el equipo de Van Vleuten, lo aprovechó para alejarla. Pese a ganar la etapa de los Lagos de Covadonga, Vollering acabó segunda. Esa herida abierta quedó cerrada el sábado ante un juez centenario de este deporte, el Tourmalet. Aplastó a Van Vleuten. A todas. Y tuvo como testigo a una audiencia televisiva insólita en el ciclismo femenino.
La 'marca Tour' tiene esa fuerza motriz. La Grande Boucle femenina arrancó justo el día en que la prueba masculina coronaba en París a Jonas Vingegaard. Como si las mujeres continuaran la carrera iniciada por los hombres. El público respondió en las cunetas y en las pantallas. Un ejemplo: la etapa del Tourmalet fue lo más visto ese día en Teledeporte, con 246.000 espectadores, más que la Clásica de San Sebastián que asistió a la victoria de Remco Evenepoel. El regreso del Tour femenino al calendario puede ser la palanca sobre la que se eleve este deporte.
Y Vollering es ya la referencia. Su historia sirve para animar a futuras ciclistas. Ella lo es casi por casualidad. Su sueño era otro: ser patinadora sobre hielo, una modalidad de gran prestigio en Países Bajos. La bicicleta le servía como complemento en los entrenamientos que compartía con su novio, Jan de Voogd, que era ciclista amateur. Fue su pareja, al ver el nivel de Demi sobre los pedales, el que le lanzó reto. Por ese desafío ingresó en sus primeras carreras ciclistas. Dejó el trabajo en la empresa de floristería familiar, salió del óvalo de hielo y se lanzó al asfalto. Llegó y brilló. En 2019, novata, acabó tercera en la Lieja-Bastogne-Lieja. Fogonazo. Todos los ojos sobre ella.
Alumna de Van der Breggen
En mitad de la pandemia, el S.D. Worx, una de las grandes escuadras del pelotón mundial, fue a buscarla a su casa para ofrecerle un contrato. El sobre lo llevaba Anna van der Breggen, entonces la reina del ciclismo. Vollering firmó y aprendió el oficio de la mano de Van der Breggen. Juntas en las carreras y la concentraciones. La maestra se retiró pronto y se convirtió en la entrenadora personal de la alumna. Demi tenía condiciones físicas de sobra. ¿Tendría carácter de líder con su escasa experiencia? Lo tiene. Asumió el fallo que le costó la Vuelta y redobló el trabajo para ganar el Tour. «Soy terca», se define. Y es la mejor del mundo. «Está siendo una temporada asombrosa», asegura. El ciclismo femenino crece a su rueda.
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