María José Silvestre, la española que ha hecho historia en Le Mans
La ciclista valenciana se lleva a los 53 años la carrera de 24 horas del mítico circuito tras pedalear 636 kilómetros sin parar, en la primera participación en solitario de una española en esta prueba de resistencia
Toda una vida pegada a la bicicleta. Rodeada de ellas nació y creció, en la tienda que primero regentó su abuelo y luego su padre, la segunda más antigua de toda la Comunidad Valenciana, y la que desde hace unos años está en sus manos. Entre pedales, ruedas, piñones, manillares y sillines María José Silvestre se gana la vida, pero también disfruta. Campeona de España en varias ocasiones en ultradistancia, a sus 53 años ha hecho historia al ser la primera española en acudir en solitario y vencer en las 24 horas de Le Mans, en la meca de la resistencia.
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Un triunfo logrado a base de sudor, después de completar 636 kilómetros, una marca que nadie pudo superar en los años anteriores. Y sin parar, llegando a sacar 28 vueltas a la segunda clasificada. «Era mi sueño ganar allí. Me encantan las motos y me conozco todos los circuitos de España. Quería correr en Le Mans y nada más llegar lo primero que hice fue ir a ver dónde estaba el podio. Me autoconvencí de que me iba a subir en él, y así fue», relata a EL CORREO desde Bocairent, su localidad natal.
Allí fue donde empezó a dar pedales, descubriendo una afición que la ha acompañado siempre. En los años 80, empezó a salir en bicicleta con un grupo del pueblo. «Era el boom de la mountain bike y yo era la única chica que iba con ellos. En un puerto que tenemos aquí subí veía que podía ir bien, que les podía rebasar, así que decidí federarme y competir». Y ahí empezó todo. «Para mí el ciclismo es una escapatoria en la vida diaria. En el trabajo tienes muchas preocupaciones y te genera mucho estrés, pero es coger la bicicleta y vuelvo como nueva. Es una manera de evadirme».
El posterior paso a la ultradistancia vino hace cinco años, después de haber hecho ya pruebas como la Quebrantahuesos. María José fue invitada a la presentación de las 24 horas en Cheste y después de dar varias vueltas en el circuito prometió que probaría eso de estar todo un día dando pedales, lo que para la mayoría de los mortales resulta mucho más que una penitencia. «Continuamente me hago pruebas de esfuerzo y los médicos que me llevan me dijeron que mi cuerpo admitía muy bien la larga distancia, que tenía mucha capacidad de sufrimiento». Y dicho y hecho.
En Le Mans, en territorio francés, quedó más que demostrado. Después de una espectacular salida, Silvestre le ganó la batalla a la campeona en las dos últimas ediciones, la inglesa Gina Cleere, a quien le pasó factura el excesivo calor, que sobrepasó con creces en algunos momentos los 30 grados. «Antes de ir estudiamos mucho a las rivales y vimos que ella regulaba muy bien desde el principio. Intentamos ir a rueda y así lo hice desde el primer segundo. Por las declaraciones que hizo luego parece que le molestó, pero al final esta era una carrera de estrategia. Cuando paró a por agua pude aventajarla en dos vueltas. A las 6 horas ya eran 4». Al final, la a priori favorita terminó retirándose.
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El principal contratiempo que sufrió sucedió tres meses antes de tomar la salida, cuando le robaron la bicicleta que había comprado para la ocasión
A falta de dos horas la victoria estaba ya en su bolsillo, pero quiso apretar para poder rebasar la barrera de los 600 kilómetros, cifra que hasta entonces era su tope. Y lo consiguió. «Estoy muy satisfechada. Con tantas horas de carrera pueden pasar muchas cosas, desde una avería a un corte de digestión. Yo no descuidé ningún aspecto y me llevé hasta el agua de Valencia y la comida. No tomé nada que no fuera mío». El principal contratiempo de esta aventura lo vivió tres meses antes de afrontarla, cuando le robaron la bicicleta que había comprado para la ocasión. «Era muy chula, de gran fondo. Desapareció y no supe más de ella. Tuve que coger la que tenía enganchada en el rodillo y hacerle algunos cambios, pero no iba del todo cómoda. Una amiga me prestó la de su hija para poder llevar dos, por si sufría alguna avería».
Entrenamientos de madrugada
Dos semanas después de esta hazaña María José reconoce que no está aún recuperada del todo. «Tardo bastante. Ya voy teniendo cierta edad y cuesta. Ahora no estoy haciendo nada de deporte pero pronto empezaré de nuevo». La cabeza, la mente, la tiene muy bien entrenada para poder afrontar retos como el de Le Mans. «En la tienda trabajo de 8 a 10 horas diarias y cuando terminas, que es cuando deberías irte a casa porque estás cansada, yo me cojo la bici e igual hago sesiones de 5 o 6 horas, de noche. Eso me sirve mucho. La capacidad de sufrimiento la entreno así», asegura.
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Una súper mujer, la primera en completar el Camino del Cid, que ha ido poco a poco abriendo camino en el mundo del ciclismo. «Hoy en día todavía escucho a gente que me dice que ya no tengo edad para hacer esto, o me miran extrañados por ser mujer. ¡En qué siglo estamos!». Comentarios que también le llegaban siendo joven, «pero entonces igual les hacía menos caso». Llegó a ser una de las primeras mujeres presidentas de un moto club, en el que organizaron un Campeonato de España de trial y varios de enduro. Ahora ejerce esa labor en otro club, pero en este caso ciclista, que desde 2015 celebra una marcha cicloturista de 105 kilómetros para mujeres, 'Dones Bicibles'. La de este año será este domingo, con más de 120 inscritas. «La primera vez nos juntamos 14. Le hacemos una ruta alternativas a los chicos. Nosotras lo hacemos al contrario de como suele ser».
María José Silvestre reivindica la presencia femenina en el deporte y en el ciclismo a golpe de pedal. Y sobre una bici espera estar «hasta que el cuerpo aguante». Ya tiene en mente muchos más retos y planes en su futuro más cercano, y nada de ir bajando el pistón. «Quiero sacar cada día más kilómetros de mis piernas». Una campeona insaciable.
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