Mariam Eniola, sonriente tras obtener la medalla de bronce. M. Enola

Juegos Paralímpicos 2024

Mariam Eniola trae un bronce a Vitoria

La nigeriana afincada en Vitoria ha logrado la medalla tras derrotar a la ucraniana Oksana Kozyna en dos sets

Pablo Sanz

Lunes, 2 de septiembre 2024

Mariam Eniola ha hecho realidad su sueño. La deportista nigeriana residente en Vitoria subió al podio para recibir la medalla de bronce tras vencer a ... la ucraniana Oksana Kozyna en dos sets por un doble 21-9. La jugadora africana de 18 años comenzó los Juegos con buen pie. Superó cómodamente en la fase de grupos a la india Mandeep Kaur y a la australiana Celine Aurelie Vinot. Precisamente se enfrentó en cuartos de final de nuevo ante la jugadora asiática, a la que volvió a ganar. Un día después, sin embargo, cayó en semifinales ante la china Zuxian Xiao. Lejos de venirse abajo, la pupila de Dina Abouzeid se rehizo para obtener el tercer puesto ante Kozyna. «Estamos muy felices por este bronce. Nos da pena que se nos haya escapado el oro, pero la china fue mejor y Mariam, por su poca experiencia, no supo gestionarlo», explicó su entrenadora Dina Abouzeid una vez finalizada la ceremonia de entrega de medallas.

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Aun así, la preparadora, directora del Torneo Internacional de Parabádminton de Vitoria, se muestra satisfecha. «El bronce es un buen comienzo en su carrera deportiva», añadió.

Una infancia complicada

La vida de Eniola no ha sido fácil. Con solo cuatro años sufrió graves quemaduras en su pierna izquierda y con nueve padeció una lesión irreversible tras una caída en la misma extremidad y cuyo tratamiento en el hospital fue deficiente. «Estaba en la escuela y una de mis amigas me empujó por las escaleras. Me caí y mi pie izquierdo se rompió», narra. Meses después, fallecieron sus padres en un accidente de tráfico, quedando bajo el único amparo familiar de su abuela. «Sufrí mucho. Me recuperé gracias a ella, que me dio su apoyo y cariño en todo momento», relata. Pese a las adversidades, la joven nigeriana logró salir adelante gracias al parabádminton. Una disciplina que comenzó a practicar gracias a su difunto entrenador. «Empecé en el tenis de mesa y, como había mucha competencia, me recomendó cambiarme».

Tras este éxito, la jugadora nacida en Ibadan se ha convertido en la primera mujer africana en ganar una medalla de parabádminton. Un hito que le permitirá cumplir, a su vez, el sueño que se le privó cuando era niña: poder estudiar educación física. «Después de mi carrera quiero ser entrenadora. Si estudio otra cosa, no me permitiría estar vinculada al deporte», señala.

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