Todo por mejorar en el Kutxabank Araski

Poco acierto y poca inspiración. Kutxabank Araski no pudo apenas competir un partido que se le puso muy cuesta arriba a partir del segundo cuarto. Solo quedó una reacción final de casta y orgullo a cinco minutos del final con una extraordinaria Laura Quevedo, que con 19 puntos y 27 de valoración comandó un casi imposible. Fue lo mejor que ofreció un equipo con todo el margen de mejora en el estreno de la Liga.

Es cierto que la pretemporada atípica, los contratiempos Covid y el viaje exprés a Cáceres no han sido las mejores condiciones para trabajar. Y eso se pudo notar en muchas fases de un choque inaugural del campeonato marcado por la impropia madurez y cohesión de un equipo cacereño confeccionado en apenas un mes y con ocho caras nuevas, entre ellas, dos jugadoras griegas como Christinaki y Fasoula. La hija del mítico Panagiotis, que junto con Gallis lidero aquella Grecia inolvidable campeona de Europa en 1987. Historias aparte, el presente deja una resaca a medio digerir de un partido donde la media cocción alavesa dejó destellos, detalles, pero no tuvo contundencia salvo en los minutos finales con agresivas defensas.

El parcial 8-0 de inicio obligó a las de Made Urieta a meterse en partido por la vía rápida. Sólo Laura Quevedo encontró puntos con cierta comodidad. Los triples locales (53% de acierto total) sobrevolaban el Multiusos de la capital extremeña en un goteo incesante. Araski remaba a contracorriente para no descolgarse a las primeras de cambio (26-21 minuto 10). La base turca Aydin dio un recital de direcciónmientras Christinaki, máxima anotadora con 20 puntos (4 de 6 en lanzamientos triples y 22 de valoración), seguía martilleando el aro alavés. Un parcial de 15-6 en el segundo período agudizó la sequía gasteiztarra sin referentes ofensivos. Ni Anna Cruz ni María Asurmendi (dos de siete y uno de ocho en tiros de campo) tuvieron precisamente su día. Seda tampoco encontraba situaciones cómodas en la pintura mientras Abalde se vio siempre superada por la rotunda Fasoula, que se fue del partido con doce puntos, tres rebotes y dos asistencias.

La renta se disparó a los 24 puntos en el tercer cuarto (60-36, minuto 29). La presencia de Tania Pérez e Izaskun García en pista puso el temperamento y las ganas de dar un paso más en defensa para obrar el milagro. Y a base de subir líneas, varios robos y cierto caos, acompañado por el acierto de Laura Quevedo y Joy Adams, un parcial 0-10 daba un cierto giro de tuerca al encuentro (72-62, minuto 38).

Tanto esfuerzo dejó el depósito en la reserva para rematar lo que hubiese sido un milagro deportivo. Además, la de Santa Coloma de Gramanet recibió un duro golpe en la cara que, a priori, no parece que revista gravedad. La derrota por 78-62, en cuaquier caso, fue justa y merecida. Solo queda pasar página con velocidad para pensar en el Cadí La Seu el próximo sábado en Mendizorroza, siempre y cuando la pandemia lo permita. El Kutxabank Araski buscará una reacción tras un complicado inicio liguero donde las circunstancias tampoco han ayudado.