Valiosa aportación
No hay mucho más que la historia, la ciencia y el conocimiento para disipar la incertidumbre del presente y asumir para su prevención o superación ... los retos del futuro. Puede ser entonces la incertidumbre, bien encauzada, un trampolín hacia un pensamiento mayor, una posibilidad para el conocimiento, como diría el siempre vigente Morin, dirigida a reflexionar, reinterpretar y responder con propuestas científicas y métodos rigurosos al desafío y a la complejidad de los problemas del presente y el futuro. Hay ante ello, evidentemente, una obligación y una responsabilidad social, colectiva, para promover la ética del conocimiento y la necesidad de nuevos paradigmas que ayuden a enfrentar la creciente complejidad de las problemáticas globales y locales. Tiene por todo ello un indudable valor ético y social que una iniciativa de la sociedad civil, nacida en ese ámbito empresarial a veces injustamente denostado, entienda y asuma en primera línea esta tarea o esta responsabilidad de responder frente al presente y el futuro incierto con la promoción del conocimiento. Es el caso de la Fundación BBVA y de su esfuerzo continuado en el ámbito social, cuyos premios anuales que reconocen, promueven y difunden proyectos de investigación científica o de humanidades aportan a la sociedad el valioso servicio de un pensamiento totalizador - amplio y multidisciplinar, que no totalizante-, poliédrico y hasta versátil para lograr el encuentro entre la ciencia, la investigación aplicada y la toma de decisiones políticas y sociales. Que se entienda su valor y la oportunidad que conlleva para convertir la incertidumbre en valioso y decisivo conocimiento es tarea de todos, de la sociedad y de las instituciones públicas.
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