La vizcaína Carmen Estéfano desvela la identidad del gran enemigo de los concursantes de 'El Conquistador' de TVE
La 'influencer' se ha convertido en una fuente inagotable de anécdotas del reality en el que participa
Carmen Estéfano se ha convertido en una fuente impagable para conocer lo que sucede detrás de las cámaras de 'El Conquistador' de TVE. La 'influencer' ya desveló en sus redes sociales que los responsables del reality de supervivencia no le dieron «ni tampones ni jabón cuando me bajó la regla». Ahora, la participante vizcaína, tras la emisión de la tercera entrega del concurso, ha seguido contando lo que se esconde tras las bambalinas del programa y ha sorprendido con una curiosa revelación: el verdadero enemigo al que se enfrentan los concursantes.
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No es ni la dureza de las pruebas físicas, ni el hambre que pasan, ni las faenas del resto de participantes, incluidos los del mismo equipo. El gran adversario de 'El Conquistador' es pequeño pero matón. Se trata de los mosquitos, los temibles jejenes. «Tenía todo el cuerpo lleno de picaduras», recuerda la 'influencer'. «Es como si te clavaran alfileres todo el rato», añade todavía con el susto en el cuerpo en el vídeo grabado desde su casa y compartido en sus stories de Instagram.
«Al hambre te acabas acostumbrando, de verdad, pero a los mosquitos no», insistía la vizcaína. De hecho, asegura que «el 99 % de compañeros dirían lo mismo que yo». «No sabéis lo que es eso, es como si te chupasen la sangre todo el rato», intenta explicar la joven al mismo tiempo que rememoraba cuando, mientras le ponían los arneses, tenía «la cara llena» de jejenes.
Asimismo, desveló que los mosquitos no fueron responsables de los ronchones que se podían ver en su trasero. «También me picaron pero lo que se ve ahí es un hematoma gigantesco», explicaba Estéfano. «Mi culo morado es del trampolín, no caí muy bien y acabé con el coxis bastante morado», recordaba.
Mosquitos aparte, la participante vizcaína también reveló otras interioridades del programa como que sus responsables no les proporcionan ropa de recambio. De hecho, en la prueba del laberinto que se pudo ver el pasado lunes, «muchos concursantes perdieron sus zapatillas». «Hay gente que se va al campamento infernal y no se puede ni lavar», profundizó. Eso sí, por fortuna, asegura que los compañeros pueden prestarse prendas. «Si alguno te quiere dejar algo te lo deja, por lo general no hay ningún problema.», añadió.
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«Nos llevábamos muy bien»
Pese a toda la información extra que aporta, el programa también la sorprende a ella, ya que «no tenemos información de lo que pasa en los otros campamentos». En ese sentido, se está quedando alucinada de las «movidas» que tienen en otros grupos de concursantes: «Es una faena estar en un campamento y tener mal ambiente». Por fortuna, «en el nuestro nos llevábamos muy bien».
Quizás fuera porque eran las menos numerosas, una situación que califica de «injusta». «Por perder una sola prueba nos quedamos sin cuatro, pero muchas veces la vida es injusta. Lo que toca es tirar para delante hasta lo que puedas», sin olvidarnos del «factor suerte, claro». En ese sentido, aludió a Polvillo, el último expulsado del concurso, «al que amas u odias por el carácter que tienes», dijo. Eso sí, no le gustó que acusara a su compañera Joana de haberle llamado «maricón» en el laberinto. «Creo que por sus declaraciones contradictorias se deja claro que eso no fue cierto. Fue un patinazo», destaca.
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Y un último secreto. La 'influencer' compartió lo que sintió cuando probaron las pizzas después de pasar la eliminatoria. «Fue maravilloso. Como eran grandes, las dividimos en muchos trozos para probarlas todas. Un espectáculo». Eso sí, después de comer, hubo un efecto secundario no deseado. «Las tripas...», desvela Carmen Estéfano eludiendo dar más detalles, pero dejando claro que no pasó una noche agradable.
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