«Los toros no me gustan, pero me emocionan los encierros»
El profesional azkoitarra, con más de 25 años de experiencia en la cadena vasca, se encargará de retransmitir en directo los sanfermines en ETB1
A partir de las 7.45 de la mañana, entre los días 7 y 15 de julio, Iban Garate estará pendiente de los corrales de ... Santo Domingo y de la ruta que conducirá a toros y corredores hasta la plaza de Pamplona. Este año, el periodista azkoitiarra asume la presentación del madrugador programa que en ETB1 nos conducirá por los encierros de la capital navarra. Además de cubrir el evento, el actor y periodista, apoyado en especialistas y reporteros a pie de calle, desentrañará el fenómeno en todas sus vertientes.
- Lo veo venir. Ahora me dice usted que es antitaurino.
- No me gustan los toros, no pagaría una entrada para ver una corrida, pero desde pequeño me emocionan los encierros. No concibo uno y otro de la misma manera, aunque sé que es parte del espectáculo taurino.
- ¿Qué le atrae de los encierros?
- El sonido. Esa emoción la asocio a todo lo que escuchamos en la calle mientras se celebra la carrera.
- ¿Domina toda la jerga en torno al encierro?
- En un encierro, como en cualquier otro programa en directo, lo importante es tener alrededor gente que nos proporcione las claves. No concibo al presentador como un sabelotodo, ni en cultura ni en política. Si no sabes, pregunta o infórmate, pero sin esa presión por controlar exhaustivamente.
- La retransmisión es breve y posee un ritmo veloz. ¿No supone un complicado reto?
- No te quedas con todo en un primer vistazo. La retransmisión capta lo que capta y los ojos, también, porque fijas la mirada en determinado sitio. Es importante la cobertura, saber situar las cámaras y mostrar lo que sucede.
- No le veremos en el tendido, ¿no se anima a correr delante de los astados?
- ¡No veo la necesidad! Además, tengo tres hijos, jajaja, tengo que ser más prudente.
- Ha estudiado Administración de Empresas, ha sido actor y es periodista. ¿Lo suyo es ambición o un carácter disperso?
- Creo que soy una persona normal, pero he hecho muchas cosas porque empecé a los quince años en la serie 'Goenkale' y eso me hizo entrar en el mundo de la televisión. Yo empecé Ciencias Económicas en Deusto, pero descubrí que me gustaba la Comunicación Audiovisual y la estudié en Pamplona. He tenido la suerte de hacer proyectos importantes tanto en ETB como en el cine vasco. ¿Ambición? He tenido la suerte de hacer lo que me gusta y estoy muy contento de mi trayectoria.
- Es usted un profesional 360, que diría Paquita Salas
- Me faltan cosas, pero procuro no perder comba de lo que ocurre alrededor. Tengo claro lo que quiero hacer y estoy satisfecho de mis elecciones. En estos momentos en el que hay dos hitos importantes en nuestro entorno, el Tour y los encierros, el deporte y la fiesta, estamos ahí y eso me hace feliz.
«No concibo al presentador como un sabelotodo, ni en cultura ni en política»
- ¿Cómo fue iniciarse en la interpretación en 'Goenkale', la serie más longeva en la historia del canal vasco?
- Entonces no lo concebía como un trabajo, sino como un juego serio. Supuso un sacrificio colectivo de familiares y amigos porque me levantaba a las 5.30 de la mañana, me llevaban a Miramón y luego a la ikastola. Fue una gran escuela y a los más jóvenes actores nos trataban como a niños mimados. El plan de rodaje nos favorecía. Rodábamos al principio para volver a clase y, además, se concentraban las grabaciones en dos o tres días a la semana para no entorpecer mi ritmo de estudio. Fíjate que fue hace 25 años y lo hicieron muy bien.
- ¿Sería factible una serie así hoy en día?
- Hay series diarias muy largas, aunque actualmente se apuesta por iniciativas con pocos capítulos. Hay que reconocer que resultan muy costosas, aunque tienen virtudes como la de crear marca. La situación ha cambiado, hoy existe una oferta muy amplia de ficción y la competencia es intensa.
Desarrollo de capacidades
- ¿Ha renunciado a la interpretación?
- No renuncio a nada. Estoy contento y orgulloso de aquel periodo, pero también de mi carrera periodística, de haber conducido un matinal de dos horas días en el que abordábamos la actualidad política, económica y social. Me gusta embarcarme en ciclos largos y me atrae tanto la empresa como la cultura y la gestión.
- ¿No echa de menos el cine vasco, sobre todo ahora que se halla en una situación de bonanza?
- Aunque lo he dejado aparcado conscientemente, me siento parte de esa familia de la interpretación. Ahora bien, en el mundo de la comunicación construyes una imagen, consciente o inconscientemente, y la proyectas, lo que no implica que seas así. La gente me pregunta quién soy y yo contesto que Iban Garate, un individuo que trata de asumir proyectos largos en los que pueda desarrollar sus capacidades y que no se queden en meras anécdotas.
«Aunque la he dejado aparcada, me siento parte de la familia de la interpretación»
- Pero tanto la interpretación como el periodismo son dedicaciones muy exigentes, prácticamente absorbentes.
- Por eso nos gusta vivir como la vivimos. Durante las 7 u 8 semanas de un rodaje sólo estás para trabajar, no tienes tiempo para hacer nada más que estudiar el guión y grabar, y en el informativo anual yo entraba a las 6.30 de la mañana y salía a la una del mediodía, y no podía desconectarme de la realidad porque debía saber lo que había sucedido el día anterior. Si lo hemos elegido es por algo, porque nos gusta la marcha y no dejar nada en el tintero. Trabajo con pasión e intento transmitirla.
- Copresentó recientemente 'Necesito ayuda', un programa en torno a la salud mental. ¿Ha pedido auxilio alguna vez?
- Todos lo hemos hecho, ya sea a nuestra pareja o cercanos, no necesariamente a profesionales. Creo que los participantes fueron muy valientes y ejercieron como un espejo para personas en situación similar y también para quienes los rodean.
- Tiene claro su rumbo, pero, mire, me han asegurado que, tan pronto acabe esta entrevista, le llamará Alejandro Amenábar y le propondrá un rol protagónico en su próxima película. ¿Qué contestará?
- Le diré que no y me quedará un runrún, es inevitable. Te queda una duda sobre todo si ves que el proyecto ha funcionado y sabes cuál era tu personaje. Ahora bien, tomada la decisión me quedo tranquilo y, cuando se estrena, la disfruto igualmente. Generalmente no me arrepiento y me perdono fácilmente a mí mismo. El mundo está lleno de ventanas, unas se abren y otras, no.
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